Melissa Huckaby, una profesora de religión que se había declarado culpable del asesinato en 2009 de la niña hispana Sandra Cantú, de 8 años, fue condenada hoy a cadena perpetua en California (EEUU).

Huckaby, quien para evitar una posible pena de muerte se había declarado culpable de asesinato en primer grado con circunstancias agravantes de secuestro, fue condenada a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.

La condena la emitió la juez del condado de San Joaquín Linda Lofthus. Otros cargos, incluyendo el de abuso sexual, fueron desestimados como parte de un acuerdo con la fiscalía.

La niña Sandra Cantú, de 8 años, desapareció el 27 de marzo de 2009 del parque de casas móviles donde vivía en Tracy, una población de unos 78.000 habitantes situada a unos 100 kilómetros al este de San Francisco (California).

Cantú fue encontrada dentro de una maleta perteneciente a Huckaby en una laguna de riego el 6 de abril de 2009.

Sandra era compañera de juegos de la hija de Huckaby, quien vivía con su abuelo, un predicador en el mismo vecindario de Cantú.

Durante la audiencia de hoy, Huckaby pidió perdón a la familia de la niña, especialmente a su madre, María Chávez.

Aunque en su declaración aseguró que la niña no sufrió y no fue asaltada sexualmente, tampoco ofreció ninguna explicación sobre la muerte.