Castillos "infestados" de presencias inquietas, subterráneos malditos, la atmósfera oculta de la isla de Montecristo y abadías con un pasado legendario, son algunos de los secretos toscanos mejor custodiados, que ahora se pueden descubrir gracias a nuevos itinerarios que se alejan de los recorridos más clásicos por la región de Florencia.

Se trata de nuevas visitas guiadas, a medio camino entre historia y leyenda, que abundan en fantasmas y misterios poco conocidos para los forasteros. Se organizan todos los fines de semana de la primavera y el verano boreal desde Volterra a Monteriggioni, en el ámbito del proyecto Mistery Tuscany.

El objetivo -explican los organizadores, que invitan a consultar su sitio www.misterytuscany.it- es "recuperar el patrimonio de historias y leyendas regionales para divulgarlo  en Italia y el exterior por diversos medios.

El proyecto, en efecto, es de amplio alcance: iniciado  hace un par de años con un "mockumentary" (documental ficticio) llamado "Mistery Tuscany", se comenzó en la primera fase con el relato en video de leyendas y secretos de doce lugares de la Toscana.

Luego la narración pasó al iPhone con una aplicación especial, un sitio web y desde abril también las primeras visitas guiadas, ya no solo virtuales.

El itinerario, que se desarrolla a lo largo de un día completo partiendo de Volterra, en la provincia de Pisa, sobre las huellas de las fórmulas mágicas usadas por las brujas.

Poblado de origen etrusco, la ciudad se revela en este caso en su relación con los rituales antiguos, tanto que entre sus calles existe también la Avenida de las Brujas.

Luego se sigue hacia Chiusdino (Siena) siguiendo la gesta del caballero -luego convertido en santo- Galgano Guidotti y su espada en la roca, conservada desde hace ocho siglos en la Rotonda de Montesiepi.

Se continúa con una escala en una abadía vecina, de curioso techo al aire libre: un alto particularmente sugestivo para los amantes del rey Arturo y los apasionados de la historia.

La etapa final de la Toscana misteriosa es Monteriggioni, donde al parecer sobrevuela el lamento del espíritu del capitán Giovannino Zeti, protagonista de un hecho histórico local pero crucial, que signó el fin de la época comunal en la región.