Señor director:
Como miembro del directorio del Consejo Nacional de la Cultura y  las Artes (CNCA), nombrada por la Presidenta de la República hasta 2012, me siento orgullosa, pero también preocupada. Orgullosa, porque soy parte de un cuerpo colegiado de 11 miembros, único en el organismo del Estado, ya que su presidenta tiene rango de ministro, por un lado, y, por el otro, sus miembros somos representativos de la sociedad civil  y no nombrados políticamente. Orgullosa, porque tenemos la misión de diseñar políticas públicas culturales que profundicen la participación ciudadana en el acceso y goce de las artes, en sus industrias creativas y en el resguardo de nuestro patrimonio nacional. Orgullosa, porque este Consejo Nacional se replica en cada una de las regiones en la forma de consejos regionales, profundizando también una política de desconcentración en el diseño de dichas políticas.
Preocupada, eso sí, porque la ley no nos faculta para velar por la implementación de las políticas culturales ya diseñadas, ni por la administración del servicio del CNCA que está liderado por el subdirector (a), nombrado políticamente, al igual que la ministra.
Comulgando con lo expresado por Sebastián Piñera, en cuanto a que su accionar cultural estará guiado por el principio de construir sin destruir, me parece imperativo que en un futuro gobierno se modifique nuestra ley en dos sentidos. Primero, que el subdirector sea un técnico en administración pública, escogido por el Consejo de Alta Administración Pública, y segundo, que el directorio nacional y los consejos regionales tengan facultades para supervisar la implementación de las políticas que con tanta dedicación diseñamos.
Drina Rendic
Grupo Tantauco de Cultura