Histórico

Control interno en la PDI

Los últimos casos conocidos de posibles faltas a la probidad han sido detectados e investigados gracias a la eficacia de los mecanismos internos de control. Decir lo contrario es una falacia y no se ajusta a la realidad.

La noticia de un posible nuevo caso de corrupción en la Policía de Investigaciones requiere ser analizado con rigor y exactitud. Este hecho es una oportunidad para destacar la eficacia de esta institución, en cuanto a sus férreos controles de los procedimientos operativos y administrativos. 

Esto no es un tema menor, ya que la PDI cada día está expuesta a múltiples factores de riesgo. Lo anterior no es una justificación, pero sí es un dato de la causa. Conviene, en este ámbito, mirar la realidad internacional para darse cuenta del alto nivel de probidad de la Policía de Investigaciones.
Por lo tanto, es de toda justicia valorar la voluntad ética y la capacidad técnica de esta policía para consolidar sólidos y eficientes mecanismos de control interno y de supervisión. En los últimos ocho años los casos de falta a la probidad se han reducido a niveles mínimos y, definitivamente, no representan un problema sistémico. Las cifras exactas están disponibles en pdichile.cl. En esta institución, el control social interno y externo es parte de su capital social. De hecho, el personal no acepta conductas indebidas, por lo que existe un adecuado capital preventivo.

La Policía de Investigaciones cuenta con instrumentos especializados que actúan permanentemente y que se pueden desglosar en "instancias de control" (el Departamento V "Asuntos Internos" y el Departamento VII "Control de Procedimientos Policiales"), "herramientas de fiscalización" (aplicación aleatoria de test de consumo de drogas y la existencia de mecanismos de recepción de denuncias anónimas) e "instancias de observancia" de la actuación policial (Consejo Superior de Etica Policial  y  Comité de Etica de la Jefatura de Educación Policial). 

Además, la institución posee un sólido sistema de formación en el ámbito de la ética y la deontología policial, formación que es permanente y transversal a cada curso que se imparte en la Jefatura de Educación. Por lo demás, la PDI es una de las pocas policías a nivel latinoamericano que ha sido capaz de renovar su Código de Etica Profesional, actualizando sus contenidos en función de los nuevos desafíos del mundo moderno. 

Junto con ello, cabe también destacar el trabajo realizado en lo relativo al monitoreo de la gestión institucional, por cuanto hoy esta policía cuenta con modernos procesos de accountability, rendición de cuentas y buenas prácticas. Lo que se hace y se deja de hacer es información pública y está sujeta al escrutinio de la ciudadanía. 

¿Qué otra organización pública y privada en Chile es capaz de mostrar tan eficientes y transparentes mecanismos de resguardo de la conducta funcionaria? Creo que debemos estar orgullosos de una institución que es capaz de autorregularse con tanta eficacia -aun a costa de su imagen pública- y que asume sus logros, éxitos, fracasos y errores de cara al país. Nada se oculta. Los últimos casos conocidos de posibles faltas a la probidad han sido detectados e investigados gracias a la eficacia de los mecanismos internos de control. Decir lo contrario es una falacia y no se ajusta a la realidad.
En la PDI la probidad y la ética pública son desafíos intransables y de primer orden. Así lo ha manifestado nuestro director: "La probidad en una policía es un tema central: no sólo debe serlo, sino también parecerlo". Es preciso, entonces, hacer justicia y destacar nuestro interés por trabajar sistemáticamente no sólo en el ámbito de la prevención y detección de factores de riesgo, sino que también en el control, vigilancia y sanción de toda conducta indebida, aplicando una inflexible política de "tolerancia cero".

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