Histórico

Crean sala de reuniones con máquinas para ejercitarse

Así las conferencias son productivas desde el punto de vista de la salud de los empleados.

Para todo aquel que debe soportar reuniones de trabajo inacabables con pastelitos y galletas que terminan con cualquier dieta, la instructora estadounidense Jennifer Baran dice tener la solución.

En su "sala de conferencia con caminadoras" nadie tiene que sentarse hasta quedarse dormido. Todo el mundo camina en cintas para trotar o quema grasas en máquinas elípticas.

El resto de la sala, que Baran comenzó a arrendar recientemente en su gimnasio de Buffalo, Estados Unidos, tiene el aspecto de cualquier sala de reuniones, con una pantalla para presentaciones de PowerPoint, teléfonos para conferencias y una máquina de café.

La gran diferencia es que aquí los participantes se ejercitan mientras trabajan.

"¿Ejercicio? ¡Ni loca!". Esa fue la reacción inicial de la profesora Michele Ganschow cuando la directora de su colegio, Cherie Ansuini, programó una reunión de trabajo en el gimnasio de Baran.

Ganschow fue a la reunión y a poco de comenzar le empezó a tomar el gusto.

"Una aprovecha mejor el tiempo. Hace dos cosas a la vez", expresó.

La idea tiene algunos aspectos que pueden ser considerados negativos. Por ejemplo, a mucha gente podría no gustarle sudar frente a los colegas.

"Es divertido ver las expresiones de todos en las máquinas", señaló el instructor John Grzymala mientras se ejercitaba en una bicicleta elíptica y escuchaba una presentación. "Seguramente estoy rojo como una betarraga", agregó, entre las risas de sus compañeros.

BENEFICIOS
Uno de los aspectos positivos es que las poleras y cómodos pantalones de gimnasia reemplazan prendas más formales. Los monitores, por otra parte, indican las calorías que se quemaron, dejando en claro que la reunión fue productiva desde el punto de vista de la salud de los empleados.

Otro beneficio es que la gente no habla de más, ya que cuando se están ejercitando, tienden a concentrarse en cosas específicas y a ir al grano.

Baran abrió su Healthy Living Support Network (Red de Apoyo para la Vida Saludable) con la idea de ofrecer asesoría sobre nutrición y educación física, y charlas sobre motivación.

El concepto de la sala de reuniones con aparatos para ejercitarse lo inspiró el doctor James Levine, especialista en obesidad de la Clínica Mayo (en Estados Unidos) quien instaló aparatos en su oficina tras publicar un estudio según el cual la gente delgada está de pie un promedio de dos horas más que el resto y quema 350 calorías diarias más que los obesos.

"Estamos tratando de incorporar los ejercicios a la vida diaria", expresó Baran, quien tiene una maestría en trabajos sociales y es instructora certificada.

SALA DE REUNIONES
Baran espera que clubes de lectores, gente que se reúne a ver películas y empresas prueben su novedosa sala de conferencias. También ofrece otra sala con una colección de bicicletas para ejercicios reclinadas. El arriendo de los salones cuesta entre 40 mil y 58 mil pesos la hora.

Si bien en algunas reuniones los asistentes se ejercitan a un ritmo más bien intenso, si uno lo hace a un ritmo más lento durante un período más prolongado, también se beneficia.

Craig Dexheimer estaba caminando en su cinta, con su elegante traje, cuando respondió una llamada telefónica en su oficina de Minneapolis (Estados Unidos). Su empresa, Salo, instaló dos salas de conferencia con máquinas para ejercitarse y dijo que le idea está ganando adeptos.

EJERCICIO EN LA OFICINA
La firma se asoció con el doctor Levine el año pasado para analizar los efectos que tiene la incorporación de algunos ejercicios al sitio de trabajo, incluidos "escritorios" con cintas que avanzan a no más de 3,2 kilómetros por hora.

Se supone que semejante ritmo permite a alguien ejercitarse sin sudar ni quedarse sin aire. Hacia las diez de la mañana, Dexheimer llevaba recorridos 6,9 km. y pensaba seguir caminando hasta el mediodía.

Aseguró que recibe numerosas llamadas de gente interesada en la idea y también organiza visitas a sus oficinas.

"Uno puede revisar su correo electrónico y el banco de datos" mientras camina, señaló Dexheimer, quien dice haber perdido 11 kilos en seis meses. Añade que en la pérdida de peso incidieron otros cambios que hizo en su estilo de vida. "Hay algunas cosas que resulta más difícil hacer mientras uno camina, como escribir algo a mano o tomar notas".

"Se necesitan dos o tres días para acostumbrarse. Pero uno se adapta", dijo el ejecutivo.

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