Crítica de cine: Cuenta regresiva
Esta nueva cinta apocalíptica tiene una espléndida primera hora, pero una ilógica segunda parte. Lo que pudo ser un buen thriller fantástico, termina en una película más sobre el fin del planeta.

Mensajero de la oscuridad, Señales, La guerra de los mundos y ahora esta cinta de Alex Proyas, el director de Dark city. ¿Por qué los protagonistas de cierta clase de parábolas apocalípticas siempre deben ser viudos con hijos? Incluso los que no lo son, deben actuar como viudos, como ocurre en el caso de Tom Cruise en La guerra de los mundos, la cinta dirigida por Spielberg.
Veamos ahora al académico John Koestler en Cuenta regresiva: la muerte de su esposa lo convierte en un ermitaño, preocupado únicamente de hacer sus clases de ciencia y de criar a su pequeño (y extraño) hijo.
Sólo algo muy importante podría sacarlo de su depresión y algo muy importante es lo que cae en sus manos: una lista de números anotados por una niña que pasó por el colegio de su hijo 50 años atrás; una lista que predice con suma exactitud los desastres y las tragedias que ocurrirán en todo el globo.
Cuenta regresiva tiene una espléndida primera hora y una extraña e ilógica segunda parte. La investigación de Koestler respecto al origen de los números y a la relación que pueden tener con su propio niño es atractiva y está narrada con oficio, pero, paulatinamente, lo que pintaba como un espléndido thriller fantástico (a lo Donnie darko) sobre tautologías temporales y ciencia freak, se enriela en el camino del apocalipsis global. La película nunca deja de distraer el ojo y mantener la atención, pero pierde impacto y verosimilitud hasta una secuencia final que de veras trae a colación los peores momentos del misticismo hollywoodense.
"Los dos juntos. Por siempre", es la frase que Koestler le repite a su hijo durante el filme. Hay alusiones bíblicas directas en la trama y en el imaginario de Cuenta regresiva, pero su conexión con las escrituras es más superficial que profunda. Lo que sí cala hondo, antes de que el guión se autodestruya, es la imagen del padre soltero enfrentando una amenaza global.
En 1977, Roy Neary abandonó a su familia para abordar la nave madre de Encuentros cercanos del tercer tipo. Koestler, en cambio, termina su viaje de otra forma, en un final que recuerda al Antiguo Testamento y que trae a colación una idea interesante: según lo que nos han contado, Dios también es un padre soltero.
Director: Alex Proyas.
Reparto: Nicolas Cage, Rose Byrne, Ben Mendelsohn.
Género: Acción.
País y año de producción: Estados Unidos, 2009.
Sitio oficial: http://knowing-themovie.com/
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