Crítica de cine: Querido John

Basado en un libro de Nicholas Sparks, este drama comparte más de un elemento con Brothers, el intenso filme de Jim Sheridan (En el nombre del padre) que estuvo a punto de estrenarse este mes en Chile. Ambas cintas aluden a la relación entre la población civil norteamericana y los conflictos del Medio Oriente. Ambas tocan el tema del amor y los afectos dañados por las contiendas bélicas. Pero donde Brothers es cruda, Querido John es plana como el vientre de su protagonista masculino. En la primera parte, una chica se enamora de un taciturno soldado dos semanas antes que al tipo le envíen a cumplir una temporada en Europa. En la segunda parte, un evento histórico convierte las labores de rutina del soldado en un auténtico servicio de guerra. Dividido entre el amor a una mujer a la que apenas ve y la lealtad a sus compañeros de unidad, el sujeto toma una decisión que debería importarnos, pero que nos deja fríos. Dirigido por el sueco Lasse Hallström, Querido John es un melodrama de amores imposibles producido con mano experta, pero sin alma. No tiene fe en sus personajes ni en la inteligencia del espectador. Abusa de los clichés y reemplaza con bonitos paisajes y cuerpos torneados lo que debió ser emoción genuina y de fina ley.
En un rol secundario, el gran Richard Jenkins (Visita inesperada) interpreta a un viejo de pocas palabras, más interesado en su colección de monedas que en las personas que le rodean. Irónicamente, eso le hace el único ser humano real de toda la historia.
Director: Lasse Hallström.
Con: Channing Tatum, Amanda Seyfried y Richard Jenkins.
Duración: 108 minutos.
Género: drama romántico.
Producción: Estadios Unidos, 2010.
Calificación: todo espectador.
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