Daño medioambiental y preservación de géiseres de El Tatio

Las autoridades han ordenado la paralización indefinida de las faenas de una empresa que realizaba exploración geotérmica en la zona de los géiseres de El Tatio, en la Segunda Región, luego de que el mes pasado comenzara a registrarse en el lugar un escape de vapor de 60 metros de altura.
La fuga ha provocado preocupación en los habitantes del sector, las empresas que organizan visitas turísticas y diversas autoridades -incluso candidatos o sus familiares- que han llegado hasta el área. Se teme por el efecto que dicha fuga pueda tener en el campo de géiseres más conocido del país, hasta el cual llegan cada año unos 100 mil visitantes y que tiene un alto valor patrimonial y escénico.
El 8 de septiembre, producto de un problema en la excavación de un pozo por parte de la empresa Geotérmica del Norte -GDN, cuyo accionista mayoritario es la italiana Enel, pero donde también tienen participación Codelco y Enap-, comenzó a registrarse el escape de vapor. La compañía realiza operaciones en la zona con el objetivo de instalar allí una planta de generación eléctrica que debiera generar unos 80 megawatts.
Recién dos semanas después del incidente, la Comisión Regional del Medio Ambiente de Antofagasta decretó la suspensión temporal de las actividades de GDN en el sitio, y el jueves esta medida fue hecha indefinida, a la vez que se ordenó a la empresa comprometer todos los medios a su alcance para controlar la fuga.
Aunque tardía, la disposición adoptada por la autoridad medioambiental parece apropiada. No se conocen los alcances del escape, sus causas profundas ni sus probables consecuencias, por lo cual es necesario evitar los riesgos y detener las faenas hasta tener a disposición los antecedentes que expliquen la situación que se está produciendo.
El objetivo central de toda acción en el lugar debe ser impedir que se verifiquen daños en la zona de los géiseres de El Tatio, con el propósito de preservar este sitio turístico y patrimonial, a la vez que resguardar el medioambiente animal, vegetal y escénico del lugar. Según habitantes del área, el nivel de otras fumarolas del sector se ha visto afectado negativamente -la empresa lo desmiente-, mientras que sendos informes de Sernatur y del Servicio Agrícola y Ganadero acusan que se ha provocado daño al paisaje y que la fauna local se ha visto afectada, respectivamente.
La preservación del ecosistema que rodea y da vida a los géiseres de El Tatio -un lugar de características únicas que cuenta con más de 100 manantiales en erupción, es el mayor sitio de este tipo en el hemisferio sur y el tercero en el mundo- debe ser puesta como prioridad.
El proyecto que desarrolla GDN en la zona cuenta con los permisos ambientales, pese a encontrarse en una zona de alta fragilidad. No es fácil comprender las razones que llevaron a las autoridades a permitir una exploración como ésta en un lugar de las características señaladas, más aun si el aporte energético del proyecto no es significativo.
El hecho de que los permisos hayan sido otorgados obliga ahora al Estado a seguir todos los procedimientos legales para, a la vez que protege los géiseres y su entorno, respetar los derechos de la empresa.
Es oportuno extraer las lecciones adecuadas de este episodio. Una de ellas es que por el sólo hecho de tratarse de energías alternativas no debe obviarse una evaluación exhaustiva de los proyectos. Otra es que no existe proyecto de generación eléctrica que no signifique una alteración del entorno. Por largo tiempo grupos medioambientalistas han estado solicitando invertir recursos en las llamadas Energías Renovables No Convencionales, una de las cuales es la geotermia.
El incidente de la Quebrada El Zoquete en la Segunda Región demuestra que la explotación de estas energías requiere -al igual como ocurre con otro tipo de energías criticadas desde esos sectores- de técnicas invasivas expuestas a problemas y accidentes que pueden terminar generando daños medioambientales.
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