Histórico

De Caszely a Silva, la maldición pasa a virtud

Los penales ya no intimidan a la Roja y no es sólo un asunto de fe. Hay mucho trabajo detrás. El histórico éxito desde los 12 pasos, eso sí, no es tan favorable.

Penal para la selección chilena. La jugada más ventajosa para convertir, pero no. El recuerdo de tantas ejecuciones fallidas fomenta el pesimismo. Malos recuerdos, que por estos días parecen enterrados en lo más profundo del olvido. La Panenka de Alexis en 2015 y el remate cruzado de Silva en 2016 cambiaron el paradigma. La Roja ya no le teme a una definición desde los 12 pasos.

Los yerros de Caszely en España 1982 o de Sierra en la Copa América de Ecuador 1993 ahora son anécdotas. Las estadísticas históricas de Chile en esta parte del juego no es tan favorable, sin embargo. La Selección, considerando todos sus partidos oficiales, ha dispuesto de 52 penales. De ellos, 34 acabaron en goles (65,4%) y 18 (34,6 %) fueron atajados o desviados. Una marca baja, considerando que se trata de una jugada en que, supuestamente, el pateador tiene amplia ventaja sobre el portero.

A la hora de las definiciones por penales, el asunto se equiparó con los últimos dos triunfos frente a Argentina. Antes, al Equipo de Todos le pesaban las derrotas en la semifinal de la Copa América 1999, a manos de Uruguay (5-3) y los octavos de final de la Copa del Mundo 2014, en donde Brasil se impuso por 3-2. Obviamente, la caída en Belo Horizonte marcó una de las jornadas más tristes para la Roja.

Ya está dicho, eso sí. Esos malos episodios hoy parecen desterrados. ¿Qué cambió? Desde el punto de vista sicológico, el especialista deportivo Rodrigo Cauas aporta un concepto clave. "Los penales y especialmente una definición son situaciones totalmente entrenables desde todo punto de vista. Es un tema en el que hemos debatido mucho, pero yo mantengo que se pueden trabajar desde el área física, técnica y mental", expone el profesional.

De hecho, el traspié en Brasil generó un salto de calidad en ese sentido. Para el Mundial, Sampaoli prácticamente definió a sus lanzadores después de esos dramáticos 120 minutos de partido. Gonzalo Jara, incluso, se ofreció a patear el quinto disparo, el que falló, al igual que Mauricio Pinilla (venía de sufrir su recordado disparo al travesaño) y Alexis Sánchez, quien estaba físicamente destruido.

Ya para la Copa América de Chile, Sampaoli entendió que esta instancia se debía practicar más, aunque el 4 de julio de 2015, en el Nacional, fue Matías Fernández quien pidió abrir la serie. Claudio Bravo, en tanto, tenía estudiado el estilo de rematar de varios rivales.

Y el pasado domingo, en Nueva Jersey, el análisis fue mucho más exhaustivo. Los pateadores, salvo Aránguiz, tenían clara la tendencia del portero Romero. Y la elección de Francisco Silva, quien nunca había pateado un penal, fue con la intención de desconcertar al meta transandino. "A medida que los penales se trabajan, la sensación de ansiedad baja y la seguridad aumenta. En estos jugadores esa confianza se transmite. Y eso también intimida al rival", apunta Cauas.

Chile suma los dos títulos más importantes de su historia por la misma vía. Los 12 pasos ya no asustan. La maldición pasó a virtud.

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