Señor director:

Para nadie es novedad el nivel de intolerancia del debate nacional. Es lo que han sufrido los ex ministros Aylwin y Brunner por plantear sus legítimas críticas a las reformas propuestas.

Sin embargo, este problema es aún más grave cuando las descalificaciones provienen de autoridades del Estado o de empresas del Estado, como lo ocurrido en relación a los asistentes  a la marcha por la vida que reunió a miles frente a La Moneda o a un alumno universitario.

 Las frases dichas deben ser condenadas inmediatamente, pues atentan contra la tolerancia y respeto por las opiniones del resto. En el pasado, por exabruptos en redes sociales, incluso menores                             -como el "reguleque"-, funcionarios fueron desvinculados. Es hora de que el gobierno cumpla las buenas intenciones que la Presidenta manifiesta en sus discursos, rechace categóricamente estas afirmaciones y comience a propiciar el dialogo y no el odio entre los chilenos.

Francisco Fainé

Ingeniero civil UC