Detroit lanza inédito plan para reducir su tamaño a través de demolición de 10 mil casas
Sus autoridades trabajan en un plan que consiste en relocalizar a buena parte de la población y convertir las zonas urbanas desoladas en áreas rurales.

Debido a su poderío industrial y especialmente por sus fábricas de automóviles, durante parte importante del siglo XX Detroit "le puso ruedas" al desarrollo económico de Estados Unidos. Pero ahora, dada la crisis económica y la caída de las grandes firmas automotrices, la ciudad más grande del estado de Michigan se ha convertido prácticamente en una "urbe fantasma". Si en 1950 su población llegaba a más de 1,8 millón, hoy apenas supera los 900 mil habitantes, con una disminución poblacional de un 4,1% en la última década. Con estos números en la mano, esta semana, el alcalde de Detroit, Dave Bing, anunció un ambicioso e inédito plan para achicar la ciudad y relocalizar a buena parte de sus inquilinos.
Las autoridades de Detroit comenzaron a evaluar la idea en los 90 e incluso, a mediados de 2009, el propio Barack Obama anunció como uno de sus proyectos este particular método de planificación urbana: "Encogerse para sobrevivir". Pero la crisis financiera aceleró las cosas. El nuevo plan para Detroit, una operación de una envergadura jamás observada en EE.UU. según la agencia The Associated Press, consiste en reubicar a los habitantes de los barrios más desolados en áreas más pujantes o zonas semirrurales en los suburbios. Al mismo tiempo, los lugares deshabitados se convertirían en zonas rurales, tal como era Detroit antes de su era automotriz.
Para ello se planea la demolición de, al menos 10 mil casas, y edificios que se encuentran abandonados de aquí a tres años. A su vez, la superficie habitable de la ciudad pasaría de 358 kilómetros cuadrados a 191. Además, casi una cuarta parte de Detroit podría dejar de ser una zona urbana. De acuerdo con el periódico The Washington Times, la idea es que surjan nuevos proyectos de inversión en los barrios donde las personas serán relocalizadas. Uno de los cambios más dramáticos será el paisaje urbano, ya que los habitantes de los suburbios -donde vive la mayoría más pudiente- tendrían que pasar por una zona rural para llegar al centro de Detroit.
¿GRANJAS AGRICOLAS URBANAS?
Tan dramática es la situación en la ciudad de los Detroit Pistons y del sello Motown Records, que muchos de sus barrios han sido saqueados y se encuentran afectados por una ola de violencia. Hoy existen 35.500 casas vacías y 91 mil terrenos desocupados. En medio de la creciente recesión y el alto desempleo (16%), como medida anexa este año se cerrarán 45 de las 172 escuelas públicas.
Según dijo a La Tercera Allan Mallach, autor de un informe del Instituto de Arquitectos Estadounidenses que ha recomendado "aldeas urbanas" para ciudades despobladas, "Detroit posee quizás 100 kilómetros cuadrados de zonas abandonadas. Estos terrenos deben tener un nuevo uso que no tenga que ver con construcciones, sino con áreas agrícolas. Esto podría generar empleos y un nuevo impulso económico". De igual manera opina James W. Hughes, urbanista de la Rutgers University y uno de los expertos que ha estado observando el futuro experimento. "La ciudad está despoblada y desindustrializada, por lo que sacar a la gente de las zonas abandonadas, que no tienen ningún valor económico, es una buena estrategia", dijo a este diario.
Si bien aún no está del todo clara la forma en que se llevaría a cabo este plan, varios urbanistas sostienen que la nueva Detroit tendría una mucho mejor calidad de vida.
Sin embargo, ya muchos de sus habitantes se han organizado para oponerse a esta idea. "Incluso cuando el 80% de un barrio está desocupado, algunos de sus propietarios se negarán a mudarse", señaló Mallach. Para Robert Beauregard, urbanista y profesor de arquitectura de la Universidad de Columbia, "Detroit no se convertirá en un lugar con granjas agrícolas urbanas. Pienso que la nueva estrategia será una mezcla de demoliciones con la reutilización de la tierra en zonas como parques comunitarios, áreas de juegos y espacios abiertos". Beauregard agregó a La Tercera que "las demoliciones generarán mejor calidad de vida sólo si los residentes desplazados tienen buenos trabajos y servicios públicos de calidad".
De acuerdo con los expertos, las autoridades de la ciudad podrían recurrir a embargos fiscales para obtener las propiedades abandonadas y podrían expropiar las viviendas de las personas que se nieguen a trasladarse. Al mismo tiempo, el municipio ofrecería la reubicación o la compra de los inmuebles. En las últimas semanas varios urbanistas privados han arribado a la ciudad para comenzar los estudios de un plan que le podría cambiar la cara a una de las ciudades más golpeadas por la crisis. "Cualquier cambio genera temor", concluyó Hughes.
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