Un juez estadounidense condenó ayer a dos cadenas perpetuas a un adolescente salvadoreño de 19 años que confesó haber violado y matado en 2005 a su hermana de 11 años, informó una fuente judicial.

Ronald Salazar, que tenía 15 años cuando ocurrió el suceso, fue declarado culpable en un tribunal del condado de MiamiDade (Florida, EEUU) de asesinato en primer grado y asalto sexual a una menor.

El abogado de Salazar intentó sin resultado convencer al jurado de que su cliente padecía trastornos mentales cuando cometió el asesinato de su hermana, Marina Salazar, a quien violó, estranguló y luego degolló con un cuchillo de cocina, mientras el padre de ambos estaba fuera de la residencia familiar.

El motivo del crimen se debió al parecer a la rivalidad que existía entre los dos hermanos y al odio que sentía el muchacho por sus padres, quienes se habían mudado de El Salvador a Miami hacía más de una década y dejado al joven al cuidado de sus abuelos en ese país centroamericano.

El adolescente no pudo reunirse con sus padres en Florida hasta cumplir los 12 años de edad.

En un principio, Salazar atribuyó el crimen a dos hombres afroamericanos con máscaras que, según dijo a una vecina, habían ingresado en su casa para perpetrar un robo.

Tras el hecho, Salazar tocó la puerta de una vecina para comunicarle, histérico y entre sollozos, que dos hombres habían asesinado a su hermana.

No obstante, la Policía una vez que se presentó en el lugar del crimen dudó de la versión, ya que el único testigo era el adolescente y nadie en el vecindario había notado nada fuera de lo normal.

La niña fue hallada en su habitación en medio de un charco de sangre.

Tras someter al joven a interrogatorios, esté confesó a los detectives ser el autor del asesinato.

El crimen sucedió diez días después de que el Departamento de Niños y Familia del estado de Florida investigara una denuncia de que los niños Salazar corrían peligro porque supuestamente el menor había amenazado con matar a todos los miembros de su familia.

El adolescente fue enviado a un centro psiquiátrico para una evaluación, pero los médicos dijeron que no tenía problemas y lo enviaron de vuelta a su casa.

El abogado de Salazar sostuvo durante el juicio que su cliente mató a su hermana porque sufría un estado de perturbación mental después de haber sido abandonado por sus padres en su país de origen.