El 11 de septiembre según el director de Tony Manero
En octubre debería comenzar el rodaje del nuevo filme de Pablo Larraín. En esta ocasión, Alfredo Castro es un funcionario de cuarta categoría del Servicio Médico Legal al que le piden certificar la muerte del ex presidente Salvador Allende. <br />

Un hombre de la jerarquía más baja del Servicio Médico Legal está en funciones el día 11 de septiembre de 1973 cuando para su mayor sorpresa se encuenntra con el cuerpo del presidente Salvador Allende entre los recién llegados. El tipo es un funcionario sin ninguna inclinación política y la presencia del ilustre cadáver sólo es parte de su diaria rutina de burócrata mortuorio.
Esta es, en términos generales, la premisa del nuevo filme del director Pablo Larraín, un drama que se llama Post mortem y cuyo rodaje está agendado para octubre.
"La verdad es que es un título momentáneo y seguro que lo cambiaremos", explica Pablo Larraín sobre la cinta que sigue a su exitosa Tony Manero. En cualquier caso, Post mortem es el nombre de trabajo del proyecto de Larraín y bajo ese rótulo fue beneficiado con 124 millones de pesos del Fondo Audiovisual a fines del año pasado. El filme es protagonizado por Alfredo Castro en el rol del mecanógrafo del Servicio Médico Legal y por Antonia Zegers, una bailarina del Bim Bam Bum que es el amor platónico de Castro.
El filme retrocede cinco años desde las discotequeras veladas de 1978 en que transcurre Tony Manero hasta los cuatro frenéticos días de septiembre de 1973 de su trama. Aunque el guión está terminado, el equipo liderado por Larraín da pocas pistas sobre una película que debería estrenarse a mediados del 2010.
LA AUTOPSIA DE CHILE
El guionista Mateo Iribarren tiene una metáfora que entra a graficar con habilidad a Post mortem. "Al protagonista, encarnado por Alfredo Castro, le toca presenciar la autopsia de Allende. Para mí, aquella acción es además la vivisección de una época. Una autopsia de Chile", explica Iribarren, quien coescribió el guión junto a Larraín y Castro.
"La historia se nos ocurrió cuando nos enteramos cómo fue la autopsia de Allende. El cuerpo fue llevado luego al pabellón de cirugía del Departamento de Otorrinolaringología del Hospital Militar, donde su autopsia fue practicada por los doctores José Vásquez y Tomás Tobar", explica Iribarren. "Me enteré que destinaron a un funcionario muy menor del servicio para que firmara la autopsia de los médicos. De ahí viene la ficción, pues se sigue la historia de este tipo que tampoco tiene muy clara la dimensión de Allende. Es una suerte de outsider, alguien alejado de la política contingente", agrega.
La trama transcurre entre el 9 y 12 de septiembre del 73. Los crudos días de la época son además el marco para una crónica de amor, que es la verdadera carne de la cinta. "Diría que esta película es casi un melodrama. Lo que pasa es que a este tipo le pasa por encima la historia con mayúsculas del 11 de septiembre. Al mismo tiempo que los militares le encargan firmar la autopsia de Allende, también contamos su relación con esta bailarina que es su vecina del frente", añade Larraín.
Aunque los acentos del filme estarán puestos en la humanidad de los personajes y no en la política ("no nos interesa hacer proselitismo", dice tajante Iribarren), habrá escenas de La Moneda en llamas ("seguramente serán muy caras"), ambientación de época y tomas donde aparece el cadáver de Allende. Además se incluirá un personaje inspirado en el líder del MIR, Miguel Enríquez, que será encarnado por el actor Marcelo Alonso. "El será lo opuesto a nuestro protagonista", indica Iribarren.
Para Castro, el trabajo en Post mortem es el reverso de la moneda de su rol como el sicópata Raúl Peralta en Tony Manero. "Mi personaje sucumbe frente al mundo, es él quien padece la historia, a diferencia de mi rol en Tony Manero", apunta. "Para el filme me dejo el pelo largo y durante cuatro días busco desesperadamente por las calles de Santiago a esta chica del Bim Bam Bum, que está desaparecida", agrega el actor.
De esta manera, Post mortem entrará a jugar como una suerte de precuela de Tony Manero, abordando otra vez la historia del hombre de a pie enfrentado al aciago telón de la historia chilena reciente. Esta vez, eso sí, las víctimas tienen al parecer la palabra, a diferencia de los victimarios al estilo de Raúl Peralta en Tony Manero.
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