El asma es más frecuente entre los niños víctimas de abuso
Investigadores estadounidenses comprobaron que el riesgo de desarrollar esta enfermedad se duplicaba en niños que eran víctimas de abusos.

Un nuevo estudio realizado en Puerto Rico señala que el riesgo de desarrollar asma se duplica en los niños víctimas de abuso físico o sexual.
De acuerdo al equipo de investigadores dirigido por el doctor Juan C. Celedón, de la Escuela de Medicina de Harvard, en Boston, "los resultados destacan la importancia de controlar el asma entre las víctimas de abuso infantil y de estar conscientes de que existe la posibilidad de que los niños asmáticos hayan sido víctimas de abuso físico o sexual".
Los autores señalaron que este es el primer estudio que relaciona el abuso infantil con el asma.
Varias investigaciones hallaron tasas más altas de asma entre los puertorriqueños que viven en la parte continental de Estados Unidos que entre los blancos, los afroamericanos u otros latinoamericanos, señaló el equipo en la edición de septiembre del American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine.
Para conocer si ciertos estresores aumentan el riesgo de asma infantil, el equipo analizó si un grupo de niños residentes en Puerto Rico y que habían presenciado actos de violencia en el hogar o en el barrio serían más propensos a tener asma.
La encuesta a 1.213 niños y sus cuidadores principales halló que casi el 40% de los chicos había recibido diagnóstico de asma en algún momento.
Durante el año previo a la encuesta, el 14% de los niños había presenciado un acto de violencia, el 7% lo había sufrido y el 6% había sido víctima de abuso sexual o físico.
El equipo no halló relación entre la exposición a la violencia barrial o experiencias estresantes y el riesgo de asma infantil.
Pero los niños que habían sufrido violencia sexual o física eran 2,52 veces más propensos a tener asma y 2,35 veces a usar medicamentos para tratar esa enfermedad.
El estudio, sostiene el equipo, pudo haber subestimado la prevalencia del abuso. Eso se debe a que el origen de ese tipo de violencia son los padres y, si bien la información se obtuvo de los niños por separado, cuando era posible, también se recibió de los padres u otros cuidadores primarios.
El equipo opina que se necesitan más estudios sobre los mecanismos detrás de la relación entre el abuso y el asma, como la alteración orgánica de respuesta al estrés.
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