El creador de "Toy Story" y "Cars" ahora diseña un parque de diversiones
John Lasseter, cabeza de Pixar y el mago detrás de cintas como Toy Story y Buscando a Nemo, habla con BBC Mundo sobre su nuevo proyecto: Carsland, un centro de atracciones basado en una cinta.

Johan Lasseter tiene seis nominaciones al Oscar -dos de ellas devenidas estatuillas doradas- y una estrella con su nombre en el paseo de la fama de Hollywood. Hasta un lugar en el Salón de Leyendas del Juguete y un busto homenaje construido de bloquecitos Lego.
Su título actual es casi tan largo como su lista de logros en la industria del cine: es director jefe de los estudios Pixar y Disney, fusionados en 2006, y principal consultor creativo de la división Imagineering, como se llama al equipo encargado de los parques de atracciones heredados de la voluntad de Walt Disney.
Lasseter, a los 55 años, es la cabeza detrás de un universo multimillonario. Pero para los aficionados a las animaciones, es simplemente el padre de algunas de las criaturas más entrañables que ha dado la pantalla grande en la última década: siete de los 10 filmes animados más vistos lo tienen como director o productor.
Ahí está la saga de "Toy Story", a la que se suman "Monster, Inc.", "Buscando a Nemo", "The Incredibles" y "Up" (el top 10 lo completan las tres "Shrek", de DreamWorks), según datos de la consultora Nash.
"Lo que importa en un filme es dar forma a un mundo creíble. La calidad y la verosimilitud absoluta", dice sin pensarlo cuando BBC Mundo le pregunta cuál es la receta del éxito.
PIONERO
Los expertos, en cambio, dirán que hay mucho más: su nombre está asociado al crecimiento del cine comercial animado, que pasó de representar 2,8% del mercado en 1995 a casi 15% en 2010.
Y en ese proceso, Lasseter fue varias veces "el primero": el director del primer largo animado de la historia, "Toy Story" (1995); el pionero en el uso de CGI (gráficos animados por computadora) con "Las aventuras de André y Wally B.", de 1984. El autor y director del primer corto 3D nominado a los Oscar y de la primera animación considerada para la categoría de mejor guión, a la par de las películas de actuación. O la primera cinta de dibujos en abrir un Festival de Cannes ("Up", 2009).
Lasseter despegó, allá por los '80, junto al director George Lucas, a quien reconoce como influencia clave. Tanto como a Steve Jobs, su socio por 25 años desde que el creador de Apple adquirió la unidad de animación de Lucasfilm y dio nacimiento a Pixar.
"Cuando trabajaba en 'Toy Story', Steve me dijo: '¿Sabes qué, John? Mira esta computadora que hacemos en Apple, ¿cuál es su vida útil? En cinco años sólo servirá de abrepuertas o pisapapeles. Pero si haces tu trabajo bien, un filme dura para siempre'. Y ahí tenemos 'Bambi' y 'Cenicienta' y 'Blancanieves'", revela el creativo a BBC Mundo.
Los clásicos siguen siendo el motor de su inspiración: "Hacemos las películas que nos gustaría ver a nosotros. Y en esa lista siempre hay cintas de Walt Disney, de quien aprendimos que el detalle sobre el detalle es lo que construye el producto final".
MUNDO MOTOR
Su último proyecto es un reflejo de esa voluntad perfeccionista: se llama CarsLand y es un espacio en el centro de atracciones de Disney en California, cuya construcción ha sido la segunda mayor expansión en la historia del parque del viejo Walt.
CarsLand es la materialización de otro de los proyectos del hombre de Pixar, la saga de carros "Cars" iniciada en 2006 y repetida en 2011.
Todo en el nuevo sector de juegos reproduce al detalle lo que primero fue diseñado para la pantalla: las tiendas, los talleres, los paisajes, Lightning McQueen, Finn McMissile... el elenco completo de autos y camiones antropomórficos.
Al análisis exhaustivo de las películas y el arte original, los creativos sumaron un "viaje de estudio" por la mítica ruta 66, que cruza Estados Unidos desde Chicago hasta Los Ángeles.
"Muchos de estos pueblos se ganan la vida con el dinero de los viajeros y hay toda una cultura particular alrededor del camino. Conocimos historias reales, personas reales: todo eso luego se volcó aquí, donde cada rincón tiene detrás una historia", relata Lasseter, quien por estos días camina por CarsLand y posa para las fotos con carros en miniatura, de esos que se venden de a miles en las tiendas del parque.
MULTIFUNCION
Precisamente, "Cars" y CarsLand ejemplifican el fenómeno comercial que ha desatado la animación, impulsada por Lasseter y otros: para los estudios, las películas son sólo un anticipo de un negocio mayor, el del merchandising.
En los cinco años que siguieron al estreno de la primera "Cars", los carros parlanchines generaron ganancias por unos US$10 mil millones en productos asociados, según Disney.
Eso, pese a que la cinta tuvo un desempeño más flojo al esperado en la taquilla y la segunda entrega, en 2011, recibió las peores críticas entre las 11 películas que Pixar llevaba hechas hasta entonces.
"¿Si pienso en el merchandising? Bueno, todo empieza con hacer una buena película: no se van a vender muchos productos si el filme no es bueno", defiende el creativo. Y agrega: "Hay muchas películas que hacemos y son geniales pero no necesariamente venden mucho, mientras que otras como 'Toy Story' y 'Cars' generan millones".
Su trabajo, dice, se rige por una máxima: "Una frase que me dijo un socio, 'equivócate lo antes que puedas'. Porque uno se va a equivocar, seguro. Pero cuanto antes ocurra, más rápido se puede avanzar".
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