El enojo y la impaciencia no se quieren alejar de Ferrari
La crisis en la casa de Maranello crece con los días. El presidente está molesto y los pilotos reclaman por los autos.

El presidente mastica la rabia, los pilotos se quejan y los autos no responden. No es precisamente alegría lo que reina últimamente en la escudería Ferrari, tras la disputa de las tres primeras carreras de la temporada 2011 de la Fórmula Uno.
Al jefe del equipo Stefano Domenicali y a sus hombres les esperan dos semanas y media intensas antes del Gran Premio de Turquía, donde intentarán arreglar los problemas que hasta ahora los tienen fuera de los podios.
En Maranello, el presidente de Ferrari, Luca di Montezemolo espera al equipo para analizar la situación. "Este no puede ni debe ser nuestro nivel", hizo saber el patrón, que exige una rápida reacción. "Quiero ver de nuevo a Ferrari donde nuestros seguidores esperan vernos".
El problema principal es la rapidez. El F150, apodado cariñosamente la "diosa roja", es por el momento muy distinto a algo celestial.
Tanto la aerodinámica como la velocidad deben ser mejoradas, exigió el doble campeón mundial y gran esperanza de Ferrari, Fernando Alonso, hoy en día quinto de la clasificación general, a 42 puntos del líder, el alemán Sebastian Vettel.
"La situación es bastante complicada", admitió el piloto español, que estaba llamado a reeditar las hazañas del alemán Michael Schumacher en la escudería italiana.
En lugar de ello, el año pasado fracasó en la carrera final tras un error estratégico de los jefes del equipo y le entregó el título a Vettel. Alonso, el predilecto de Montezemolo, sustituyó al finlandés Kimi Raikkonnen, que fue en 2007 el último campeón mundial de Ferrari. No van bien las cosas para Alonso, que en Malasia y China fue superado incluso por su compañero de equipo, Felipe Massa.
El brasileño, de 29 años, sexto de la general, debería sentirse en realidad satisfecho, pero en cambio se queja de la táctica de doble stop en el reciente Gran Premio de China. Eso sí, elogió la velocidad de su bólido en Shanghai. Con neumáticos blandos fue casi tan rápido como el campeón mundial Vettel en Red Bull, opinó Massa.
Pero en lugar de cerrar la brecha con Red Bull y McLaren, el equipo italiano se ve acosado por Renault, e incluso por Mercedes.
Así, Ferrari sabe que no hay tiempo que perder. "No lo hay tras un tan comienzo del campeonato mundial tan duro", reconoció la escudería en su página de Internet.
Ya hoy, Domenicali y su equipo reanudaron el trabajo en Italia. "Parto de la base de que nuestros ingenieros actuarán con decisión y darán lo mejor de sí para mejorar el rendimiento del auto en poco tiempo", dijo Montezemolo, en lo que sonó a un "cariñoso" impulso para su equipo.
"Sabemos que nuestros problemas no pueden ser resueltos por arte de magia", admitió Domenicali, que siente también la creciente presión debido a los malos resultados.
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