Histórico

El golpe de suspenso del Araucano Juan Villaseca

El artista marcial mixto de 23 años peleará por los octavos de final del reality show de artes marciales mixtas The Ultimate Fighter: Latinoamérica 3, cuyo ganador llega al poderoso UFC.

Con los puños frente a frente, el chileno Juan Villaseca y su rival, el argentino Marcelo Rojo, sonrieron y debieron contener la risa para las fotos del careo. Ambos se hicieron amigos en el reality show de artes marciales mixtas The Ultimate Fighter: Latinoamérica 3, cuyo ganador obtiene un boleto dorado al UFC (Ultimate Fighting Championship), la mayor organización de MMA en el mundo, pero en la pelea por los octavos de final de la competencia, la amistad quedó fuera del octágono.

El peleador nacional, oriundo de la comuna de Padre Hurtado pero apodado El Araucano por su sangre indígena de la familia materna, ya sabe lo que pasó: el certamen de artistas marciales de peso ligero (hasta 70 kilogramos) ya fue grabado casi completo. Lo único que el criollo no sabe es el ganador de la final, que se definirá en el UFC Fight Night: Dos Anjos vs. Ferguson, el 5 de noviembre.

En su cabeza ya está lo que el público no ha visto: si fue el predador o la presa. Queda por descubrir hoy, a partir de las 23 horas, en el canal UFC Network, el desenlace que guarda Villaseca detrás de su sigilo (dicho canal está disponible en la TV cable de Movistar y Claro, y CDO transmite su combate la próxima semana). Pero sí habla sobre algunas cosas que vivió allí y el camino para llegar a ese capítulo de su vida.

Desde los cuatro años, siguiendo la senda de artes marciales de su padre, Juan incursionó en el karate kyokushin. A los 16 obtuvo el cinturón negro y empezó en el arte del taekwondo, en el cual también amarra un cinturón negro en el traje. Y por su incursión en el MMA, tiene un cinturón azul en jiu-jitsu brasileño.

En el deporte donde une todas esas modalidades, El Araucano tiene como mentor a su hermano mayor, Pablo Villaseca. El artista marcial mixto de 29 años, quien pelea en la tradicional organización Bellator y otras entidades, fue la inspiración para su ingreso a la disciplina.

"A los 18 o 19 años vi que estaba ganando sus peleas, eso me motivó y entré en las artes marciales mixtas", evoca el contendiente nacional del TUF: Latinoamérica 3, quien ganó su primera pelea ante el transandino Pedro López en 18 segundos y aun así no quedó satisfecho. "No me sentí conforme, quería probarme un poco más", recuerda.

Después sumó otras cuatro victorias profesionales y, además del registro invicto, realizó un casting en Argentina e ingresó al TUF: Latinoamérica 3. Para su incursión en el sueño de sumarse al UFC, incluso cerró la escuela donde enseñaba MMA.

"Lo comparo conmigo y, mientras yo me canso mucho, él no se cansa. Es fuerte mentalmente y talentoso en el deporte; no necesita esforzarse de más y tiene capacidades de sobra", expresa Pablo, su hermano, entrenador y representante. "Él ha llegado más lejos de lo que yo alcancé a su edad", concluye.

Al recordar lo que puede contar de la experiencia, en la cual vivió días encerrado junto a otros 15 peleadores en una casa de Buenos Aires, Juan no tiene problema en revelar algunos detalles. Si bien entrenó en el equipo de Chuck Liddell, ex campeón mundial de UFC de peso semipesado, cuenta que "es duro que más de algún colega de equipo o instructor te caiga mal, y no tuve mucho contacto con Liddell porque estuvo un tiempo y se tuvo que ir. De hecho, me llevé mejor con compañeros del otro equipo. Me hice amigo de gente de otras partes del mundo y fue una experiencia única e inolvidable".

Y pese a los puntos bajos en la relación, uno de sus compañeros en el equipo le dio un significado especial a su pelea de octavos de final. Juan Villaseca vio la derrota del también chileno Santiago Cárdenas, quien cayó por sumisión ante el mexicano Pablo Sabori, y por eso su combate tuvo un gusto diferente.

"Yo y Santiago nos hicimos muy buenos amigos, entrenamos juntos… Me sentí mal por su derrota porque de pie se estaba paseando al rival, y si supiera más de jiu-jitsu habría ganado. En mi pelea quise vengar a mi colega que cayó, eso me motivó más", expresa.

Hasta ahí llega lo que el participante nacional puede contar, aunque eso no quiere decir que no pueda hablar más de su futuro. De hecho, más allá del reality show y UFC, tiene un abanico de otras posibilidades. "Tengo ofertas del extranjero para pelear en ligas grandes. En EE.UU., en ligas que vienen después de UFC y Bellator cuanto a importancia, en Brasil o quizás Europa", sostiene.

Pero ahora el foco es saber cuál es el desenlace que resguarda. Quizás esté tras su sigilo la alegría de la victoria. Hoy, a partir de las 23 horas, se podrá saber si dio el primer paso para entrar de lleno a lo más alto de su deporte.

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