El argentino Carlos Eduardo Robledo Puch, considerado el mayor asesino de la historia criminal del país, que ya lleva 44 años detenido, fue trasladado el martes desde la cárcel donde se encuentra, en la provincia de Buenos Aires, a una asesoría pericial para ser sometido a distintos estudios médicos.

Esta es la primera salida que tiene Robledo Puch de su lugar de prisión en 44 años.

Escoltado por varios efectivos policiales, Puch abandonó el penal de Sierra Chica para dirigirse con un gran dispositivo de seguridad a la Asesoría Pericial de San Isidro, en la misma provincia y a 400 kilómetros de distancia, para que le fueran realizadas pruebas médicas, señaló la agencia estatal Télam.

Robledo Puch, de 64 años, conocido como "El Ángel Negro" o "El Ángel de la muerte", fue detenido en 1972, cuando tenía 20, acusado de haber cometido 11 homicidios, 17 robos, una violación y dos secuestros.

Al convicto se le ha sido negado la libertad en varias ocasiones.

Antes de cumplir 20 años ya había asesinado a 11 personas, lo que llevó a la prensa de la época a calificarle también de "Bestia humana" y "Muñeco maldito".

También han quedado en la memoria colectiva algunas de las frases que dijo durante el juicio.

Al recordar el primero de sus crímenes, cometido en marzo de 1971 cuando asaltó una discoteca, se mencionó que Robledo había matado a dos guardaespaldas mientras dormían.

"¿Qué querían, que los despertara?", dijo él.

"Esto fue un circo romano. Algún día voy a salir y los voy a matar a todos", fueron sus últimas palabras ante el tribunal que lo condenó.