El renacer de Polaroid: la instantánea está de vuelta
Tras el cierre de la última planta que fabricaba los insumos, un grupo de fanáticos decidió revivir la cámara considerada uno de los íconos tecnológicos del siglo XX.

En febrero de 2008, cuando se cumplía el aniversario número 60 de la fundación de Polaroid, los amantes de la fotografía instantánea recibieron una dura noticia. Ese día no hubo risas ni tampoco celebraciones. En la ciudad holandesa de Enschede, donde estaba emplazada la última planta que fabricaba la película que permitía plasmar una fotografía en papel 90 segundos después de captarla, se anunció el cese definitivo de su producción. Los fanáticos sólo podrían seguir usando sus cámaras hasta que se acabase el stock.
Polaroid no pudo resistir el embate de la fotografía digital, que terminó con la que hasta ese momento era la única alternativa para poder ver una foto con rapidez, sin pasar por la espera del revelado analógico. En 2001, la compañía se declaró en quiebra, lo que marcó el principio del fin para la fotografía instantánea, uno de los íconos tecnológicos del siglo XX.
Ahora, un grupo de fanáticos se ha dado a la tarea de revivir estas cámaras, lanzando al mercado una nueva versión de la película para cargar las viejas Polaroid.
LA POLAROIDMANÍA
Toda esta historia comenzó en 1948, cuando el físico Edwind Land lanzó el primer modelo de cámara instantánea Polaroid al mercado. La historia cuenta que Land pasó varios años tratando de crear una cámara de este tipo debido a la insistencia de su pequeña hija, que odiaba esperar que las fotos salieran del laboratorio. "¿Por qué las fotos no se pueden ver inmediatamente", le preguntaba, según relató años más tarde el mismo inventor.
El éxito no se hizo esperar, pero fue en la década de los 70 cuando, tras el lanzamiento del modelo SX-70, la cámara se esparció por el mundo. En poco tiempo habían vendido seis millones de unidades. Tanto así, que en 1972 Edwin Land y su cámara fueron portada en la Revista Time y hacia el año 1974 la empresa informaba que se habían impreso mil millones de fotos Polaroid. Andy Warhol y otros famosos artistas reconocían públicamente su "amor" por esta cámara y protagonizaban anuncios de TV.
En 1991, la compañía alcanzaba uno de sus mejores momentos, con ventas que bordeaban los US$ 3 mil millones. Pero pronto llegaría la fotografía digital cambiando todo el panorama. Polaroid no consiguió adaptarse a los nuevos tiempos y en 2008 optó por competir con una impresora de bolsillo llamada PoGo, compatible con todas las cámaras digitales y que no usa tinta.
Así decidieron cerrar la última planta ubicada en Holanda, pese a que la demanda por la película para captar fotos Polaroid todavía existía: en 2007 se vendieron 30 millones de unidades y en 2008, 24 millones. Pero los fanáticos no estaban dispuestos a aceptar este fin. Para los que crecieron con estas cámaras en los 70 y 80, no hay nada como la magia de esos 90 segundos de espera, sacudiendo con impaciencia el papel para ver como, lentamente, se materializa la foto.
Por eso dos fieles seguidores de la retrofotografía no estuvieron de acuerdo con esta "muerte anunciada". Florian Kaps, empresario austriaco, y Andre Bosman, ex ingeniero de Polaroid, decidieron buscar la forma de revivir la fotografía instantánea. Fue el comienzo del llamado "Proyecto Imposible", que buscaba desarrollar una nueva clase de película para funcionar con las viejas cámaras Polaroid.
La empresa recibió US$ 2,6 millones de financiamiento privado y se emplazaron en la misma ciudad de Enschede. Con el permiso de Polaroid, contrataron a nueve ex empleados de la compañía para desarrollar el proyecto. El resultado fue una nueva fórmula para desarrollar películas en color y blanco y negro. Aunque será un producto distinto, mantendrá la esencia del clásico insumo. En octubre próximo se comenzará a producir la versión monocromática de la película, que estará disponible de manera comercial en diciembre. Y en 2010 saldrá a la venta la versión en color del insumo, que costaría cerca de US$ 30 por 10 fotos.
Los creadores no dudan que será un éxito y prevén ventas cercanas al millón de unidades. Dicen que mucha gente está redescubriendo la magia de las Polaroid. "Es el encanto de lo análogo. Desde el olor que sientes al abrir un paquete de película, hasta el carácter único de una foto análoga: es muy distinto al de una foto digital, en la cual tú puedes capturar cientos de fotos de un mismo evento", dijo Florian Caps a la Revista Time.
FANÁTICOS EN CHILE
Pero los amantes de las Polaroid no son los únicos en despreciar la fotografía digital. Los seguidores de la llamada "Lomografía" abogan por la fotografía espontánea. Son fanáticos de las cámaras rusas Lomo y su lema es "no pienses, sólo dispara".
En el mundo están presentes en 30 países y en Chile cuentan con más de 1.500 seguidores. Cristóbal Valdés, de LomoChile, dice que "hay una hermandad entre Polaroid y la Lomografía, ya que todos somos fanáticos de lo analógico". Tienen una tienda en el Drugstore y frecuentemente llegan clientes preguntando por cargas para Polaroid.
Aunque no tienen este insumo, a partir de este mes están vendiendo un adaptador para un modelo de cámara Lomo que permite tomar instantáneas usando estas clásicas cámaras.
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