Histórico

En octubre abrirán acceso a ex hornos de Lonquén

Reapertura se fijó para el 7 de octubre, cuando se cumplirán 42 años de la detención y desaparición de 15 campesinos en 1973.

Por años, los familiares de los 15 campesinos cuyos restos se encontraron en los hornos de cal de Lonquén, en 1978 , han tenido que rodear el predio para llegar al punto donde antes se ubicaban. Físicamente, ya no existen -fueron dinamitados en 1980 por el ex dueño, para detener las procesiones y romerías- , y en el lugar sólo se observan placas recodatorias que dan cuentan del suceso, emblema de la lucha por los derechos humanos en dictadura.

Y pese a que el predio  pertenece a Bienes Nacionales desde 2005, un particular ha mantenido cerrado el portón de la servidumbre principal, lo que ha sido varias veces denunciado  y hoy se encuentra con fecha de solución: el 7 de octubre próximo, cuando será oficialmente abierto. “Desde la entrada se debe transitar por una servidumbre de 2,1 kilómetros, la  que ahora será cerrada con gaviones y tendrá estaciones con fotografías e información que narrará  los sucesos acontecidos en este emblemático lugar”, dijo el ministro de Bienes Nacionales, Victor Osorio.

La reapertura es la primera fase del proyecto de construcción de un memorial en el lugar, comprometido por la Presidenta Michelle Bachelet y cuyo diseño está, ad honórem, a cargo de los arquitectos Claudio di Girólamo y Borja Huidobro, basado en su reconocido compromiso con la causa de los derechos humanos, cercanía con los familiares y la preservación de la memoria histórica.

Para construir el memorial, que será financiado con recursos del gobierno regional, “el Fisco compró el terreno de seis hectáreas donde se levantará, además de un anfiteatro, un museo interactivo y un parque abierto a la comunidad”, explicó Osorio.

La apertura pública del camino, el próximo  7 de octubre, coincidirá con el aniversario número 42 del día en que los 15 campesinos fueron secuestrados en 1973 y llevados al retén de Isla de Maipo, donde fueron visto por última vez hasta 1978, cuando un campesino encontró sus vestigios en los hornos abandonados de cal. “El proyecto es un acto reparatorio fundamental para los familiares y la memoria del país, porque fue el primer hallazgo, en plena dictadura, que comprobó que la práctica de la desaparición forzada sí era una realidad”, puntualizó Osorio.

Emilio Astudillo, quien perdió a su padre y dos hermanos, preside la Corporación para la Memoria de Lonquén. “El Estado está en deuda con Lonquén, por eso  siempre hemos pedido un memorial en el lugar,  por la connotación que tiene para los familiares  y para todo el país en materia de detenidos desaparecidos. Afortunadamente la presidenta se hizo cargo de nuestra demanda” señaló Astudillo.

Si bien la futura administración del memorial es un tema aún pendiente, el dirigente espera ver listo el recinto durante la actal administración.

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