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Escasa legislación está generando un lucrativo "turismo de células madre"

Clínicas en varias partes del mundo cobran hasta 200 millones de pesos por terapias sin validez científica. Mercado crecerá 23% en próximos cinco años por el alza de enfermedades como el cáncer.

En 2009, Jim Gass, director legal de una gran empresa de EE.UU., sufrió un derrame cerebral. Por sus fuertes dolores, Gass viajó a Argentina, China y México para recibir inyecciones de células madre de tejido fetal que esperaba le curaran, terapias no disponibles en su país.

Lejos de eso, acabó con un “extraño y pegajoso tumor fibroso” en su médula, caso descrito por los médicos del Hospital Brigham en la revista New England Journal of Medicine. La revista bautizó la proliferación de estos centros médicos de células madre como “el lejano oeste de la medicina”.

La publicación dijo que muchos -la mayoría- ofrecen tratamientos “no aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, sus siglas en inglés) ni apoyados por estudios clínicos, ni cubiertos por aseguradoras”.

La preocupación por la expansión de estas clínicas crece en EE.UU., más cuando estimaciones de la consultora EinPressWire fijan el crecimiento de este mercado en 23% en los próximos cinco años, por el aumento de clínicas de conservación de cordón umbilical y las que ofrecen tratamientos.

Un estudio publicado en la revista Cell Stem Cell detectó que en el país hay 570 clínicas ofreciendo terapias con células madre, en circunstancias que la FDA sólo ha aprobado dos tratamientos.

“Si bien las futuras terapias con células madre son prometedoras, es común encontrar promesas engañosas relativas a tratamientos. Clínicas exageran groseramente la publicidad de sus tratamientos, pero también es posible encontrar una sobreestimación en revistas académicas, comunicados de universidades y centros médicos, y hasta en la cobertura de los medios de comunicación”, dice a La Tercera Leigh Turner, profesor del Centro de Bioética de la U. de Minnesota (EE.UU.), uno de los autores del estudio.

Esta proliferación de tratamientos, muchos ofrecidos como milagrosos, generó  tal preocupación en la FDA, que en septiembre discutirá un proyecto para regular estos procedimientos.

En voz de Alta Charo, profesora de bioética de la U. de Madison (EE.UU.), “las células madre se han convertido en una palabra mágica”.

Por eso, muchos pacientes con enfermedades incurables o  terminales, que no encuentran sanación, viajan a países con legislaciones más laxas, en busca de este elixir. Es el llamado “turismo de células madre”. Viajan a países como China, Tailandia para sus tratamientos, que puede costar 20 mil dólares, unos 130 millones de pesos, sin contar los pasajes según el lugar donde se ofrezca este milagroso tratamiento.

“En todo el mundo se pueden encontrar cientos de estas llamadas clínicas de células madre en China, India, México, Rusia y el Caribe”, dice Leigh Turner.

Todo este desenfreno generó la formación de la Sociedad Internacional para la Investigación con células madre, que reúne a más de 4.000 investigadores del mundo, y que publicó el Manual del Paciente sobre Terapias con CM.

Entre otros puntos, el manual recuerda que muy pocos tratamientos han demostrado ser efectivos y que cualquier tratamiento no confirmado tiene riesgos. Además, agrega el documento, las células del propio cuerpo pueden no ser seguras cuando se usan en tratamientos y que los testimonios de pacientes publicitados por las clínicas pueden ser engañosos.

En la Unión Europea, los 25 estados miembros tienen normativas distintas y en México, sindicado por algunos como destino de este llamado “turismo de células madre”, estableció hace poco una normativa que exige a clínicas médicos a contar con un permiso especial para trabajar con ellas, en una reforma a la Ley General de Salud, pero como la mayoría delos países, carece de una ley específica.

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