Los tribunales de Hamburgo fueron escenario esta semana de un hecho sin precedentes en Alemania. Bettina Wulff, la esposa del ex presidente alemán Christian Wulff, sostuvo bajo juramento que eran falsas las afirmaciones sobre un presunto pasado como prostituta o dama de compañía, indica hoy un diario germano.

Según el rotativo "Süddeutsche Zeitung", Bettina Wulff, de 38 años, se embarcó en una cruzada para recuperar el honor perdido a base de calumnias esparcidas a través de la red y de las que se hicieron eco varios medios alemanes y extranjeros.

El abogado de Bettina Wulff, Gernot Lehr, confirmó a dpa que en los meses pasados, numerosas editoriales, periodistas y activistas de Internet fueron demandados y se comprometieron a abstenerse de hacer declaraciones al respecto "sin siquiera intentar justificar las falsas interpretaciones".

El diario de Múnich precisa que 34 medios y blogueros de Alemania y el extranjero, incluidos la prestigiosa revista "Stern" y un grupo de medios de Austria, firmaron documentos legales vinculantes y varios debieron pagar indemnizaciones de más de 10.000 euros a la antigua primera dama de Alemania.

Bettina Wulff también se querelló contra el portal de búsquedas "Google" para impedir que su nombre siga siendo asociado en en las búsquedas con "pasado de bajo mundo" o "dama de compañía".

De acuerdo con las pesquisas del periódico, ciertos círculos de la Unión Cristiano Demócrata (CDU) del estado de Baja Sajonia que querían perjudicar al entonces primer ministro regional esparcieron desde 2006 los rumores sobre una presunta vida pasada como prostituta de lujo de la segunda mujer de Wulff.

Una política comunal del Partido Liberal de Baja Sajonia lo mencionó por primera vez en la red poco antes que la asunción a la jefatura de Estado de Wulff en junio de 2010 y la versión corrió como un reguero de pólvora.

Wulff se casó en 2008 en segundas nupcias con Bettina Körner, encargada de prensa de una gran empresa alemana y 15 años menor que él. En 2010, el líder democristiano asumió la jefatura de Estado de Alemania y su llegada al puesto de la mano de una rubia joven y bonita fue muy festejada por la prensa del corazón.

Sin embargo, menos de un año más tarde, el presidente germano cayó en desgracia por un escándalo por un préstamo para la compra de una casa y viajes pagados por empresarios amigos y renunció. Wulff tiene todavía pendiente un juicio por cohecho.

Los rumores sobre Bettina Wulff se recrudecieron durante el escándalo. Varias publicaciones propagaron versiones al respecto sin tener pruebas e incluso políticos de la CDU de la canciller Angela Merkel no descartaron por lo bajo la posibilidad de que hubiera algo de cierto en ellas.

La primera dama se abstuvo de defenderse por temor a que el tema alcanzara mayores dimensiones. Pero desde la dimisión de su marido, en febrero pasado, la licenciada en gestión cultural y madre de dos hijos hace frente a través de un abogado a las difamaciones. También ha asumido su defensa a través de un libro que saldrá a la venta este mismo mes.