Exposición colectiva de artistas chilenos se inaugura en Beijing
Desde el sábado se reúnen en la capital china obras de Pablo Langlois y Máximo Corvalán, entre otros.
Cinco décadas atrás, en plena República de Mao Tse Tung, el distrito de Dashanzi en China era un montón de fábricas de la industria militar y de componentes electrónicos. Hoy, en cambio, el lugar es el centro neurálgico de la cultura contemporánea, con galerías, cafés y tiendas de diseño que la han hecho conocida como la Zona de Arte 798. Su característica principal: exhibir arte puro y duro, alejado de todo oficialismo. Es aquí donde, justamente, se emplaza el Centro de Arte Contemporáneo Iberia, que desde este sábado acogerá a 27 artistas chilenos en la muestra Imagen local, curada por Francisco Brugnoli, director del MAC.
Se trata de un intercambio artístico liderado por el museo, que en agosto pasado recibió una amplia comitiva de artistas chinos en la exposición Comunidad de gustos. "En el arte chino hay mucho deslumbre y tecnología. Sin embargo, los curadores que vinieron tomaron una dirección especial con artistas chinos muy reflexivos que miran su propia historia. En ese sentido, hay un calce con el arte chileno, que es muy cerebral, juega con el sarcasmo y la parodia", dice Brugnoli.
En la muestra destaca Bernardo Oyarzún, con la serie fotográfica Cosmética (1998), donde el artista, a través de la técnica del photoshop, cambia a verde el color de sus ojos y a rubio su pelo, disfrazando sus rasgos mapuches. Interesante es la propuesta de Andrés Durán, que exhibe tres fotos de restaurantes chinos tomadas en Ñuñoa y Recoleta. "Convierten casas en palacios chinos, creando ficciones, que yo resalto con luces de neón hechas en el computador. Conocí dueños de restaurantes que luego de 10 años sólo hablaban con gestos. Me interesa la mezcla ficticia de estas dos culturas", dice Durán.
Además de fotos, la muestra incluye técnicas de video, pintura e instalación, como la de Pablo Langlois, que reproduce, con ramas, plumas, hojas y alambres, un grupo de aves cantando; o la obra de Máximo Corvalán, un esqueleto humano hecho de resina y atravesado por la palabra "welcome"(bienvenido), que representa los hallazgos arqueológicos convertidos en producto comercial. Como explica Brugnoli, "a través de la mirada de artistas nacidos después del 70, la muestra reflejacómo nos vemos los chilenos frente a las transformaciones del consumo y la globalización". Otros artistas presentes son Ignacio Gumucio, Jorge Brantmayer y Carolina Ruff.
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