Señor director:

En una democracia no debe acentuarse el control del Estado sobre la población, ya que no debemos olvidar que en el origen de la democracia la población tiene una participación efectiva en las decisiones políticas.

La evolución y crecimiento de los Estados nos han alejado de este modelo, consagrando la existencia de democracias representativas, las que lejos de permitir la participación de los ciudadanos, han legitimado el poder en manos de las autoridades. No se pretende con ello deslegitimar la representación, sino que dar una señal de alerta sobre la necesidad de crear mecanismos para que las decisiones del Estado respondan a los intereses de la amplia mayoría de la población.

Las protestas ciudadanas y el rol activo que está tomando la ciudadanía ante ciertas decisiones de la autoridad son la muestra concreta de que existe un real interés de participar en los asuntos públicos.

Las instancias contempladas en la Constitución para el ejercicio de la soberanía no han sido capaces de canalizar el descontento ciudadano, ya que ni el plebiscito ni las elecciones periódicas existentes en Chile han demostrado ser mecanismos de participación suficientes. Como dicen algunos autores, es necesario democratizar  la democracia para evitar que el descontento nos lleve a situaciones de violencia indeseadas que pongan en riesgo nuestro estado de derecho.

Marcelo Villagrán 
U. Autónoma de Chile