La mala suerte es que semanas antes de su primer gran regreso a las arenas y los estadios, Axl Rose se rompió el pie durante un show para 500 personas en Los Angeles, que la reunida banda Guns N' Roses hizo de precalentamiento. La buena suerte es que si eres un rockero y necesitas tener el pie en alto en el escenario, Dave Grohl te puede prestar su trono de guitarras, con el que también salió a tocar tras un percance similar.

Así, en su trono prestado, el pasado fin de semana en Las Vegas Axl Rose y la super banda de rock de los 80 y 90 se presentó unida tras años de división, peleas y conflictos. El show fue de  dos horas y media y repasó lo mejor de su discografía, incluyendo siete canciones del disco Appetite for distruction. Rose, quien según las críticas mostró entusiasmo a pesar de su lesión, era flanqueado por Slash en la guitarra, y Duff McKagan en el bajo.

El crítico de The New York Times, Jon Pareles, escribió: “En cualquier show de reunión hay nostalgia -y preguntas sin contestar acerca de las tensiones del backstage. Guns N’ Roses no es, ni puede ser, la banda de los 80 que se creaba a sí misma fruto de la ambición desesperada y compartida. Y no hubo nuevo material en este concierto. Pero la banda sonaba lo suficientemente fuerte y lo suficientemente unida para tener la esperanza de que habrán nuevas canciones”.

Después de estas dos presentaciones en Las Vegas, la banda sigue al festival Coachella, y luego estará de gira hasta agosto en norteamérica.