Histórico

Hamilton: habla el creador del fenómeno de Broadway que une historia y hip hop

Obama se prepara para ver por segunda vez la obra que está revolucionando Nueva York.

Siete años atrás, Lin-Manuel Miranda, compositor, actor y escritor neoyorquino de 35 años de edad, comenzó a leer una biografía de ochocientas páginas en la playa mientras estaba de vacaciones. Ese mismo año había estrenado en Broadway In the Heights, un musical que comenzó a escribir en la universidad sobre el barrio donde había crecido con sus padres puertorriqueños en el norte de Manhattan: Washington Heights. Miranda escribió la música, la letra y protagonizó el musical, con el cual ganó cuatro premios Tony, un Grammy y bastantes admiradores. Entre ellos, los Obama.

Pero ahora Lin-Manuel estaba en México con su esposa Vanessa Nadal, que conoció en la secundaria y es madre del primogénito Sebastián. La biografía era de Alexander Hamilton, el más joven de los padres fundadores de Estados Unidos, economista y escritor autodidacta, brazo derecho de George Washington y primer Secretario del Tesoro del país. Miranda solo sabía que Hamilton era “el gringo del billete de 10 dólares”, pero el libro escrito por Ron Chernow le pareció interesante.

“Tomo el libro y leo que Hamilton era un inmigrante, huérfano y pobre del Caribe, que después de un huracán escribió un poema tan bueno que un hombre de negocios básicamente le pagó la educación”, dice Miranda en spanglish a La Tercera. “Y en ese momento yo dije: esta es una historia de hip-hop. Porque es sobre este tipo que escribe sobre su lucha para salir de sus circunstancias”.

Miranda siguió leyendo y la historia le cambió la vida. Un año más tarde, en una invitación a la Casa Blanca, presentó la primera canción del Hamilton Mixtape, un disco dedicado a quien según él personificaba el espíritu del hip-hop: Alexander Hamilton. Michelle, Barack Obama y el resto de la audiencia se rió, pero Miranda los dejó a todos con la boca abierta y sonriente al narrar la historia del economista en rimas y ritmo hiphopero (se puede buscar en YouTube).

Seis años y 45 canciones más tarde, Miranda y sus 19 acompañantes hacen lo  mismo con la audiencia que día a día llena el teatro Richard Rodgers en Broadway. Cada canción provoca asombro y aplausos, que terminan en ovación y se convierten en conversación de bares, twiteos y excelentes reseñas, que crean largas filas y ocho funciones semanales agotadas hasta fin de año, con tickets que alcanzan los $1,400 dólares. En sus primeras seis semanas obtuvo casi 9 millones en ganancias, la mayor cifra en Broadway desde el debut de Cat’s en 1982 y hoy acumula más de 16 millones. La semana pasada, Obama anunció que el partido demócrata pagará una función especial de Hamilton para recaudar fondos vendiendo a US$5,000 cada entrada. Será la segunda vez que el Presidente ve el musical, y la tercera de Michelle.

Sacando a Hamilton de la botella

Lo increíble de Hamilton es que convierte una historia aparentemente aburrida, en un fascinante show de tres horas, donde además de pasarlo bien, el público aprende. Por eso, entre otras cosas, la Fundación MacArthur eligió a Miranda como uno de los becarios de su prestigiosa “Genius Grant” de este año, una beca de $625 mil dólares que entrega a talentos extraordinarios.

“La vida de Hamilton contiene tantas cosas y es tan improbable, que está llena de datos sabrosos sobre que escribir”, explica Miranda apasionado. “Es la primera persona en cumplir el sueño americano, el primer inmigrante y el primero en concebir las trece colonias como Estados Unidos”.

Pero para quienes no conocen, o no les interese, la historia del país del norte, Hamilton tiene muchos otros atractivos. Número uno, la genialidad con que Miranda canta en rimas. Número dos, el hip-hop y el R&B es tan bueno que es difícil creer que uno está en un musical. Número tres, además de historia y política, hay una compleja intriga de amor, que involucra a dos hermanas y una extraña. Número cuatro, Hamilton quiere hacer mucho en corto tiempo y se equivoca, de ahí la famosa línea “I’m not throwing away my shot” que se convierte en trágica profecía. Número cinco, “los inmigrantes somos los que hacemos las cosas”, dice en una de las líneas que saca más aplausos. Número seis, un elenco con latinos y afroamericanos, algo extraño en Broadway. Número siete, una coreografía que logra avanzar y retroceder en el tiempo con mínimos recursos escénicos. Número ocho, el vestuario y la escenografía, simple y precisa. Número nueve, hablar de lo que todo el mundo habla. Número diez, entender que esta enumeración es un guiño a los “Diez Mandamientos del Duelo”, cantada en dos momentos culmines del musical, que a su vez está inspirada en una canción de Notorious B.I.G.

“La historia de Hamilton es la de un hombre determinado en dejar una marca en el mundo”, dice Miranda, intentado apelar a un público chileno. “Un hombre que tuvo una infancia muy difícil, que toma ese trauma y lo convierte en motivación para cambiar sus circunstancias. Es una historia muy atractiva que muestra que la suerte, el valor y la perseverancia pueden llevarte a alguna parte”.

“La música es lo que me hace sentir más orgulloso de esta obra”, dice Miranda, que ya publicó todas las letras de las canciones para quienes no puedan entender todo de una sola escuchada.

“El hecho de que la obra está enteramente cantada, es buenísimo para quienes no puedan venir a verla porque pueden crearse su propia versión”, dice. “Esa fue mi experiencia con muchas obras porque no tenía los recursos cuando niño. Ninguna producción de El hombre de la Mancha se compara con la que yo me hice en la cabeza”.

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