Hija María Soledad Lapostol: "Mi mamá no merecía morir de esa manera"
<p>Hoy continúa el juicio oral del caso, donde ayer el único imputado por el caso no quiso hablar.</p>

Hoy continúa el juicio oral contra Luis Araya Galaz, acusado de secuestrar y asesinar de cuatro tiros a la ejecutiva bancaria María Soledad Lapostol, en diciembre pasado.
En la segunda jornada del proceso, fueron llamadas a declarar tres compañeras de trabajo de la ejecutiva.
Una de las testigos aseguró haber visto a la víctima en compañía de Araya Galaz a bordo del vehículo en el que finalmente fue encontrada sin vida.
María Soledad, hija mayor de la ejecutiva asesinada, declaró hoy, afirmando que su madre era "extremadamente cariñosa, preocupada de sus amigos, hijos, unificadora, era la fan número uno de sus hijos", agregando desgarradoramente que su madre no merecía morir de la manera que lo hizo, "es muy injusto".
Ayer, en la audiencia, Galaz se negó a contar su versión de los hechos, pero escuchó atento el relato del esposo de la víctima, Alfredo León, quien habló de la vida junto a la mujer y el último día que la vio con vida, el pasado 21 de diciembre.
León relató ante los fiscales Rodrigo Mena y Jorge Reyes y los abogados querellantes que su relación comenzó en 1990, de la cual nació su hijo Benjamín. Recuerda que se conocieron mientras ella trabajaba en un banco, a su regreso de un viaje.
"Sentimos una pena infinita por haber perdido una mujer maravillosa. Era muy dedicada al bienestar de la familia, por lo que sólo trabajaba hasta mediodía", dijo emocionado.
EL DÍA DEL CRIMEN
Según la fiscalía, Araya Galaz contactó a su víctima al responder un aviso económico para vender una camioneta Mitsubishi Montero, que era de propiedad de unos amigos de la familia.
León dijo que ese día a las 18.35 su esposa lo llamó y le contó que estaba con el interesado en comprar la 4x4. Agregó que ambos se habían reunido y que iban a un taller mecánico de calle Echeñique.
Una hora después, Soledad llamó a los socios de su marido, Marcelo Moretic y Eugenio García, para avisarles que estaba secuestrada. Ambos fueron a su casa para alertar a León de lo ocurrido y pedir ayuda a la policía. Los tres se dirigieron a la 47° Comisaría de Los Dominicos para hacer la denuncia. Relataron que en los llamados se escuchaba la voz de un hombre que le daba instrucciones a Soledad Lapostol sobre lo que tenía que decir.
Cerca de las 11 de la noche la mujer los llamó por última vez, asegurando con voz cansada que sería liberada pronto y llegaría a su casa. Tras este llamado, los efectivos del OS-9 se instalaron en el hogar. El último mensaje fue recibido decía: "Mañana vale 50 millones". Tres horas más tarde, a Alfredo León le dijeron que habían encontrado la camioneta con un cuerpo en el interior, pero que ignoraban el nombre de la víctima.
"En cinco minutos la casa quedó vacía. Todo el equipo de carabineros se retiró. Nosotros nos fuimos a mi habitación y rogábamos abrazados que no fuera ella. Por la televisión nos enteramos de que se trataba de Soledad", contó León.
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