En el mausoleo familiar y sentado al costado de la tumba de su hija, se suicidó ayer en el Cementerio General de Antofagasta, un aficionado a la práctica  de tiro, identificado como Manuel Alberto Farías Rivera (42), quien tras dar aviso a Carabineros se disparó en el tórax con un revólver.

El hombre ingresó al campo santo antes de que el recinto cerrara el acceso a visitantes, permaneciendo allí durante la madrugada. Se presume que se habría escondido para no ser sorprendido, hasta que llamó por teléfono a la policía, que activó un operativo de rescate.

No obstante, cuando fue hallado ya estaba muerto. El hecho sucedió a un mes y un día de que Camila Farías Correa, su hija de 20 años, quien cursaba derecho en la Universidad Católica del Norte (UCN), tomara la misma decisión con un revólver de su padre, quien justamente la encontró fallecida.

El trabajador, quien se desempeñaba en una minera y quien anteriormente perteneciera a Carabineros, se disparó en la misma zona que su hija. Cercanos dicen que estaba agobiado de una depresión, sin que pudiera resistir la muerte de la estudiante, quien aparentemente no tenía motivos para atentar contra su vida, situación que su familia no lograba explicarse.

ENTIERRO

Al trágico hecho, ocurrido en el Patio 10, entre la corrida 2 y 3, fue personal del Laboratorio de Criminalística (Labocar) de Carabineros, quien confirmó el deceso y dispuso su retiro, siendo trasladado a la iglesia Corazón de María, en donde está siendo velado.

Tras la muerte de Camila y ahora de su padre Manuel quedan de la familia, la esposa de éste y otra hija, menor de edad. Dado el impacto y la connotación que adquirió el mausoleo familiar, aún no se decide donde será enterrado Manuel.