Dentro de las presentaciones más destacadas del Salón de Tokio, se halla el Honda CR-Z de pre-producción, que si bien perdió un tanto de la agresividad del prototipo original, ganó unos centímetros de altura con respecto a este último.

Vale decir también que el CR-Z recupera la esencia estética del CR-X, coupé derivado de la plataforma del Civic visto a finales de los años 80.

El CR-Z ofrece una alternativa deportiva al Insight, coche con el que comparte mecánica, aunque con un motor de combustión agrandado hasta los 1.5 litro y una caja manual de seis velocidades. Eso sí, se espera que este bloque gane algunos caballos en relación al 1.3 del Insight, para que vaya a tono con su aún agresivo carácter.

Junto al CR-Z, Honda presentó su gama de unipersonales compuesta por el U3-X, EV-Monpal, los scooters eléctricos PCX y EVE Neo, y los prototipos Skydeck (monovolumen) y EV-N. Este último es un concepto eléctrico de estética retro que utiliza baterías de ion litio, cuyo estado se muestra en un llavero (Loop según la marca), evitando así tener que abrir la puerta para comprobar cuántos kilómetros quedan.