Hoy se reabre el sepulcro de Jesús tras nueve meses de trabajo
Al interior de la Iglesia del Santo Sepulcro, en Jerusalén, está el lugar en el que se cree fue depositado el cuerpo de Jesús tras morir en la cruz. Precisamente ese sitio, el Edículo y su cúpula, fueron restaurados por nueve meses por un equipo de 50 especialistas en remodelación de la Universidad Nacional Técnica de Atenas.
Ahora, el santuario está sin las rejas de hierro que impedían el paso y que habían sido levantadas hace 70 años para dar soporte a las paredes. Se instalaron tornillos de titanio para reforzar la construcción. Sobre las piedras del muro ya no están las manchas negras que dejó el hollín de las velas. Hoy, cuando se entregue el trabajo, se podrán ver a través de una pequeña puerta, el muro de piedra original del sepulcro.
"Si esta intervención no hubiera ocurrido, habría un gran riesgo de que esto colapsara", dijo Bonnie Burnham, ex presidenta del Fondo de Monumentos Mundiales.
En esta intervención, se levantó la losa que cubre la tumba, evento que fue grabado por un equipo de National Geographic y seguido de cerca por los historiadores que buscan comprobar la veracidad del sepulcro.
Según Marcial Sánchez, doctor en Historia y profesor de Historia de la Iglesia de la U. Católica, el primer historiador de la iglesia Eusebio de Cesarea antes del año 300 ya mencionaba que la tumba había sido tapada por tierra y piedras, materiales que se han encontrado en el lugar. También se sabe que el cuerpo de Jesús fue depositado en un jardín cerca del monte Gólgota, lo que también coincide con el lugar del Santo Sepulcro. Es el mismo lugar en el que el emperador Adriano (pagano) y Constantino construyeron templos para resguardarlo, el objetivo a recuperar en las Cruzadas y que pese a todas las invasiones, ha sido protegido.
"A lo largo de toda la historia se ha asumido que ese es el lugar. Las pistas que dejó Eusebio de Cesarea y que han seguido historiadores y arqueólogos también lo señalan", dice Sánchez.
Pero la clave que refuerza que sí es la tumba está precisamente en que no se ha encontrado nada. Los relatos bíblicos señalan que Jesús resucitó al tercer día de su muerte y que en la cueva no había rastro de él. "Lo dijo Bonifacio de Ragusa cuando se abrió la tumba la vez anterior, en 1555. 'Ha resucitado, no está aquí'. Si no hay nada es porque resucitó y esa sí fue su tumba", resume el profesor.
La restauración alcanzó los seis millones de euros, financiados por varias donaciones externas, como la del rey Abdalá de Jordania y el presidente palestino Mahnoud Abbas.
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