Histórico

Javier Cercas: "Pretendí llegar a la verdad histórica a través de la literatura"

Después de intentar escribir una novela sobre el fallido golpe de Estado de 1981 que amenazó la transición a la democracia de España, Cercas optó por un texto de no ficción que sirviera como radiografía "al instante decisivo de los últimos 70 años de España".

La tarde del 23 de febrero de 1981, la democracia española volvió a estar en peligro. En medio de la elección de Leopoldo Calvo como presidente del gobierno, el teniente general de la guardia civil Antonio Tejero irrumpió escoltado y disparando. Era un golpe de Estado. Poco después, todos en el hemiciclo se refugiaban de las balas en sus escaños. Menos tres: el viejo comunista Santiago Carrillo, el general Manuel Gutiérrez Mellado y Adolfo Suárez, el derrotado presidente que, a duras penas, se encargó de conducir el regreso a la democracia tras décadas de franquismo. Fue el gesto de Suárez, corajudo, melodramático y destinado a la posteridad, el que obsesionó a Javier Cercas.

Después de fracasar al escribir una novela sobre el golpe de 1981, el autor de Soldados de Salamina se decidió por Anatomía de un instante (Mondadori), una no ficción que bordea las 500 páginas en que, como el título lo anuncia, disecciona el significado, las razones políticas y las consecuencias del gesto de Suárez.

"Me pregunté -dice Cercas desde España a La Tercera- por qué precisamente ese hombre no obedecía las órdenes de los golpistas y se tiraba al suelo. Me pregunté qué representaba esa imagen o ese gesto, si es que tenía alguno. El libro no es un intento de contestar a esas preguntas, sino de formularlas con precisión".

Agudo e inesperadamente atrapante para un lector no español, Anatomía de un instante tiene su origen en la grabación hecha por la Televisión Española del momento exacto de los disparos en el Congreso. Cercas vio las escenas hipnotizado e investigó las circunstancias que rodearon ese golpe fallido. El resultado no sólo es un ensayo de historia política, sino también un volumen que reafirma la posición privilegiada de Cercas en la literatura española.

Para él, ese lugar quizá no sea demasiado halagador. "La tradición española contemporánea me interesa poco. Es muy inferior a la inglesa o a la francesa", dice. "El Quijote es tan bueno que da la impresión de que lo escribió Dios o  un novelista inglés. Los españoles no nos dimos cuenta de lo bueno que era, pero los ingleses sí, de forma que decidieron robarnos El Quijote, lo que significaba robarnos la novela. Aún no nos recuperamos de esa catástrofe". 

En Soldados de Salamina trató la Guerra Civil de España. ¿Por qué volver a la historia de su país?

La historia me interesa, y más la de mi propio país: es mi propia historia. Por otra parte, la guerra y la transición desde la dictadura a la democracia están íntimamente conectadas; de hecho, creo que la guerra no terminó el 1 de abril de 1939, sino el 23 de febrero de 1981. Por lo demás, no creo que mis libros traten temas históricos: parten de ellos para ir hacia los asuntos que de verdad me importan: la lealtad y la traición, el coraje y la cobardía, la verdad y la mentira.

¿La literatura tiene responsabilidad en la narración de la historia?
La literatura no tiene ninguna obligación, salvo decir la verdad; la verdad literaria, que en principio es distinta (y a veces opuesta) a la verdad de la historia. Anatomía de un instante, sin embargo, persigue la verdad literaria a la vez que la verdad de la historia, lo que lo convierte en un libro todavía más raro que cualquiera de mis libros anteriores, un texto casi imposible, porque asume una doble responsabilidad: quiere responder ante sí mismo, como hacen las novelas, pero también quiere responder ante la realidad, como los libros de historia.

¿Pretendía entender mejor el golpe de 1981?
Quería averiguar si es posible llegar a la verdad de la historia a través de la verdad literaria; o a la inversa. Pretendía agotar, con todos los instrumentos que tengo a mi alcance (novelescos, poéticos, históricos, filosóficos, filológicos, periodísticos), el significado del instante al que alude el título, un instante que es quizá el instante decisivo de los últimos 70 años de mi país, a la vez que uno de los momentos que concentran la experiencia humana.

Cuando vio las escenas del golpe en la televisión, ¿qué pensó?
Pensé lo que todo el mundo y sólo dijo el filósofo Julián Marías: que era la mejor película española del año (ahora, después de verla cientos de veces, pienso que es quizá la mejor película española de la historia).

"La realidad tiene tal fuerza dramática, tal potencia simbólica que resulta avasalladora", decía al presentar el libro en España. ¿Cómo se escribe literatura después de saber eso?
La pregunta es más bien, para mí, cómo se escribe literatura sin saber eso. Sabiéndolo es dificilísimo, porque uno es consciente de que escribir literatura es hacerle la competencia a la realidad; pero sin saberlo es imposible, porque esa ignorancia te condena a la mecanografía.

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