Jonas Jonasson, escritor sueco: "El realismo mágico siempre me ha inspirado en la vida"
El autor del éxito El abuelo que saltó por la ventana y se largó habla de sus influencias y del policial nórdico.

En la pensión Sjöudden confluyen tres personajes destinados al fracaso. Per Persson se convirtió en el recepcionista ideal tras varios años de estar a prueba. Un día Per conoció a Johanna Kjellander, una religiosa muy particular, llamada la Pastora, que no cree en Dios y que cambió su vida cuando le designaron la habitación número 8.
En la 7, a solo unos pasos, estaba Johan Andersson, más conocido como Asesino Anders, quien había pasado su vida adulta en la cárcel luego de cumplir tres condenas por homicidio. Era un adicto a las drogas, el vino y la cerveza.
“Lo único que tenía que hacer era evitar el alcohol. Y las pastillas. Y a todos y todo lo relacionado con el alcohol y las pastillas”, advierte el narrador de El matón que soñaba con un lugar en el paraíso, la tercera novela del escritor sueco Jonas Jonasson (54), que la próxima semana llega a librerías por editorial Salamandra.
Reunidos bajo un mismo techo, Persson, la Pastora y Asesino Anders serán el trío perfecto para cometer fechorías por Estocolmo y sus alrededores. Aunque Asesino dice acercarse más a Dios cada vez que consume alcohol, sus compañeros no piensan lo mismo. Asesino se convertirá en un falso guía espiritual. Junto a sus cómplices fundarán una iglesia para conseguir dinero engañando a los fieles. El lema: “Iglesia de Anders. Más dicha hay en dar que en recibir”, se lee en El matón que soñaba con un lugar en el paraíso.
Jonas Jonasson se hizo mundialmente conocido con su primer libro, El abuelo que saltó por la ventana y se largó (2009). Historia protagonizada por Allan Karlsson, quien escapa del asilo en el que se encuentra el mismo día que cumple 100 años. Karlsson, en su fuga, es parte de procesos importantes del siglo XX, junto a personalidades como De Gaulle, Churchill y Mao Tse-tung.
Más de 10 millones de ejemplares vendidos para un perfecto desconocido, que logró reconocimiento con la creación de personajes disparatados, excesivos, con hechos que ocurren al borde de lo inverosímil, como sucede también en su segunda entrega, La analfabeta que era un genio de los números (2013). Allí la protagonista es Nombeko Mayeki. Una adolescente del barrio de Soweto, Johannesburgo (Sudáfrica), quien pasará de limpiar baños a codearse con reyes y autoridades de Europa, y se convertirá en una pieza clave para la supervivencia de la humanidad.
Contraste polar
Hoy Jonas Jonasson vive en plenitud en la isla sueca de Gotland, donde es dueño de una granja. Han pasado los años agitados. Después de estudiar periodismo en la U. de Gotemburgo, trabajó para el diario Smålandsposten, de su ciudad natal, Växjö, y en el Expressen, de Estocolmo. Luego, a mediados de los 90, fundó su propia compañía de comunicaciones, OTW. En ella trabajaba siete días a la semana y su empresa era sinónimo de triunfo y dinero. Jonasson, sin embargo, colapsó y terminó con dos operaciones a la espalda y una crisis nerviosa.
¿Cambió mucho su vida luego del éxito de El abuelo que saltó por la ventana y se largó?
Bueno, por suerte, financieramente, ya estaba bien desde que vendí mi compañía de medios de comunicación con más de 100 empleados. La gran diferencia fue que de un momento a otro me convertí en una persona pública, en alguien que reconocían en el supermercado o en cualquier otro sitio donde asistía. Pero, lo cierto, es que no tengo problemas con que las personas me hablen, porque siempre me dicen cosas agradables.
¿Cómo definiría su literatura?
Reconozco que no es la cosa más fácil de hacer. Algunas personas afirman que inventé un género. Si es así, ¿mi estilo se podría definir como “Jonassoniano”? Pero hablando en serio: la vida es un viaje mental y espiritual, y eso creo que es mi literatura. Quiero animar a mis lectores a que suban sus propias ventanas como el abuelo que saltó por la suya en mi primera novela... Sobre todo teniendo en cuenta que esta es la única vida que tenemos.
¿Cómo creó el personaje de Asesino Anders?
Yo quería que fuese una víctima que no se considerase a sí mismo como una víctima. Un contraste con los otros dos personajes, que sí pasan sus vidas sintiendo lástima por ellos mismos. Es en los contrastes, en las diferencias, cuando suceden las cosas más interesantes.
¿Qué opina del interés mundial por la novela policial nórdica surgido con los libros de Stieg Larsson y de Henning Mankell?
Creo que mi obra ha sido favorecida por la fama mundial de Larsson y su saga Millennium. Esto, ya que a través de su trabajo, el mío se volvió más interesante visto como un contraste. Pero para ser honesto, yo no era consciente de que había una literatura del “crimen nórdico” hasta que yo mismo me convertí en un autor internacional. En Suecia todo era tan natural que la mayoría de los autores se dedican a escribir novela negra. Hemos tenido tantos asesinos en este país que me sorprende que todavía existan suecos...
¿Le gusta la literatura latinoamericana?
¡Soy un gran fan de la literatura latinoamericana! Y Gabriel García Márquez está en el primer lugar... También Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes -sobre todo su novela La muerte de Artemio Cruz-, y claro Isabel Allende. El realismo mágico de América Latina es algo que definitivamente siempre me ha inspirado en la vida.
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