Jorge Gutiérrez, el socio y amigo que Felipe Ibáñez designó en el directorio de D&S
<p>Hijo de catalanes que vivían en Arica, estudió interno en el Grange, donde conoció a Ibáñez.</p>

La noticia del nombramiento corrió rápido entre la generación 71 del Grange. Y dio pie a felicitaciones y bromas. "Estábamos comiendo en la casa de Enrique Soto (fotógrafo) con Roberto Elizalde, que trabaja en D&S, cuando Jorge nos llamó. Le echamos tallas: cómo era posible esta discriminación, mientras unos acarreaban cajas (por Elizalde), otros estaban en el directorio", cuenta Alfredo Alvarez, compañero de colegio de los comensales de aquella velada y de Jorge Gutiérrez Pubill, quien este jueves asumió como director de D&S designado por su amigo Felipe Ibáñez.
Este último empresario y su hermano Nicolás concretaron esta semana la venta del control de la firma chilena al gigante Wal-Mart, pero conservaron un 40,1% de la propiedad, que les permite nombrar a cuatro de nueve miembros de la mesa directiva.
Felipe Ibáñez Scott, presidente de D&S, le había comentado hace tiempo a Gutiérrez su intención de designarlo director de D&S. Todo un honor considerando que la cadena es la mayor supermercadista de Chile y su nueva controladora, Wal-Mart, líder del negocio en el mundo. El director bromeó con sus amigos: "Soy el mismo perro con otro collar".
"Jorge es un tipo muy trabajador, ordenado y criterioso. Sabe mirar las cosas con objetividad y ver dónde están los puntos críticos. No es sólo por amistad, Felipe le tiene gran confianza", agrega Alvarez, encargado de organizar las comidas de aniversario de su generación. Además de Gutiérrez e Ibáñez, la integran Jorge Correa Sutil, Andrónico Luksic, Jan Platovsky, Manuel Sobral, el cineasta Jorge López, el productor Gerardo Moro y el oftalmólogo Nicolás Berthet.
A diferencia de sus compañeros, Gutiérrez no abandonaba el colegio después de clases. El llegó en cuarto básico como interno, porque Abilio, su padre, vivía en Arica. Trabajaba en Indo, una de las primeras plantas de harina de pescado, fundada por el catalán Salvador Pubill, primo hermano de su mujer, Carmen Pubill. Cuando Anacleto Angelini la compró, en 1969, Abilio Gutiérrez Porta siguió como gerente zonal de Indo y, más tarde, de Eperva, hasta que jubiló.
El Grange dejó de tener internado, por lo que Gutiérrez se instaló en una de las casas de propiedad del colegio con otro grupo de alumnos a cargo de un profesor. Fue campeón de natación junto a Felipe Ibáñez, rugbista titular, futbolista, buceador y esquiador en agua, gracias a sus largas estadías en Arica. En cuarto medio fue elegido el mejor deportista junto a Alfredo Alvarez.
Pese a ser hijo de catalanes -lengua que se hablaba en su casa, Gutiérrez es amante de las tradiciones chilenas, al igual que Ibáñez. Es uno de los tres mejores "cocheros" de Chile: corre en coches antiguos tirados por caballos vestido a la usanza de 1800. No sólo organizó el primer torneo en el Club Ecuestre Internacional de La Dehesa, del que es presidente, en 2002, sino que entusiasmó a sus amigos. Uno de ellos, Felipe Ibáñez, quien tiene una colección de coches y el único criadero de caballos andaluces.
Gutiérrez posee tres coches: un dogcart, que se usaba para llevar perros de caza; un spider, que servía para trasladar al médico a la casa, por lo que es muy liviano, y un pheaton, utilizado para entrenar caballos.
Margarita Phillips, presidenta de la comisión de cocheros, recuerda que lo conoció saltando a caballo en la adolescencia. "Entrenábamos de 6.30 a 7.30 de la mañana en la escuela de Carlos Carmona, un ex carabinero, cerca del Mampato, y nos volvíamos en micro cada uno a su colegio".
DE LA PESCA A LAS VIÑAS
Gutiérrez estudió varios años ingeniería civil en la Universidad de Chile, pero se aburrió y prefirió trabajar. Siguiendo los pasos de su padre, entró como administrador de la planta de Eperva en Arica. "Llegó en 1980 y, más tarde, se vino a Santiago como gerente de operaciones de Pesquera Iquique hasta 1990. Era un ejecutivo de primera. El y su padre fueron muy cercanos al grupo", sostiene un director del holding.
Cuando aún estaba en la universidad, su padre le pidió que buscara tierras para comprar. El escogió un campo de 400 hectáreas entre Rancagua y Requínoa que plantó con frutales y después con viñedos. Vendía los vinos a terceros hasta que, en 1991, nació Casa Porta, viña que lleva el segundo apellido de su padre. Entre una cosa y otra sacó su cartón: un diplomado en administración de empresas en la Chile y con Carlos, su hermano menor, armó una viña pequeña llamada San Isidro, que entrega su producción a las grandes.
En 1997, la marca, los caldos y los viñedos fueron vendidos a Córpora, la empresa de Pedro Ibáñez, primo de Felipe y Nicolás, los socios de D&S. Las tierras, eso sí, quedaron en poder de la familia Gutiérrez.
Ese mismo año, los amigos de colegio se asociaron para crear Viña Anakena, de la cual Ibáñez es presidente y Gutiérrez, gerente general. Reconocido como un hombre que sabe mucho de vinos, fue productor, dirigente gremial y es comparado con hombres de la talla de Alberto Sieguel, el corredor de vinos más importante del país. Con 400 hectáreas en los valles de Colchagua, Leyda y Cachapoal, Anakena está enfocada a la exportación de vinos finos.
Esta sociedad consolidó la amistad. "Los dos son prolijos, ordenados en los horarios, trabajan muy bien juntos. De carácter, Felipe es más serio; Jorge, más divertido", sostiene Alfredo Alvarez.
Los dos tienen casa en Villarrica, donde se verán las caras deportivamente: el 6, 7 y 8 de febrero correrán con sus coches en el campo del agricultor José Miguel Guzmán.
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