José Miguel Fritis: Estuvo en la guerra de El Salvador y en la erupción del Chaitén

En ex DC enfrentó siete atentados en su contra y fue uno de los primeros enemigos en Chile de Douglas Tompkins.




Andaba en vehículos blindados, contaba que 40 guardaespaldas lo protegían y que, en al menos siete oportunidades, trataron de atentar en su contra. Todo en El Salvador, cuando el fallecido ex alcalde de Chaitén, José Miguel Fritis Pérez (60), asumió un papel relevante como asesor político del ex Presidente de ese país, José Napoleón Duarte, contra la guerrilla.

Fue entre 1979 y 1988, y ese período marcó, casi irónicamente, el futuro de su carrera en Chile como autoridad de localidades sureñas, tranquilas, pero donde las situaciones extremas no lo dejaron: a él le tocó enfrentar la evacuación total de Chaitén y pelear sin éxito por su reconstrucción en el mismo lugar. Fritis murió de un infarto la noche del jueves, en Puerto Montt.

ASESOR POLITICO Y DE SEGURIDAD
La vida política de Fritis comenzó en 1967 con su ingreso a la Democracia Cristiana. El intendente de la X Región, Sergio Galilea, lo conoció "desde la federación de estudiantes de la Universidad de Chile, donde fui dirigente y él también". Fritis llegó a secretario general de la Juventud DC y, después del 11 de septiembre de 1973, fue el gerente general de la Radio Balmaceda, ligada a ese partido. Ese año asistió en Santiago a un congreso internacional democratacristiano, donde le tocó atender a Duarte.

En 1977, la Junta de Gobierno cerró la radio y Fritis decidió viajar a Venezuela. Junto con otros dos correligionarios -Marcelo Rozas y Miguel Salazar- formaron un grupo que llegó a ser conocido como "los salvadoreños". El periodista Giacomo Marasso -quien desde el martes está internado tras sufrir una afección cardíaca- también estuvo con él allí.

En el extranjero Fritis emprendió otra vida: de dirigente pasó a ser asesor de varios presidentes. El primero fue el venezolano Luis Herrera Campins. Luego lo hizo con Vinicio Cerezo, de Guatemala, y con Duarte en El Salvador. Allí fue director del Instituto Venezolano de Educación Popular (Ivepo) y tuvo por misión ayudar a desmantelar a grupos paramilitares de izquierda y extrema derecha.

Sobre ese trabajo, de más de 10 años, él reconoció en una carta al diario La Nación que había sido consultor de la CIA en ese país. De hecho, tanto la Ivepo como la Fundación Venezolana de Acción Comunitaria (a la que él también estuvo ligado), fueron acusadas de recibir fondos del organismo de inteligencia de EE.UU.

En una entrevista reciente con la revista Nos relativizó su rol: "Eso es parte del mito, hay que situar las cosas en el marco de la Guerra Fría".

Lo de los atentados en su contra no era un mito. En una oportunidad, recordaron ayer sus cercanos, estaba en su oficina cuando un grupo armado llegó hasta el lugar, ubicado en la colonia Escalón. Dispararon un lanzacohetes RPG-7, pero equivocaron el blanco: hicieron fuego en la residencia del lado, que estaba vacía.

En El Salvador conoció a Ivonne Pleitez, una periodista de la televisión local encargada de cubrir la Presidencia. Se casaron y tuvieron un hijo. Antes, en ese mismo país, se divorció de la chilena Soledad Romero, con quien tuvo cuatro hijos.

REGRESO A CHILE
Cuando finalizó el gobierno de Duarte, en 1988, Fritis decidió volver. Lo hizo esperando obtener un cargo en seguridad. Apostó por comandar el Consejo Coordinador de Seguridad Pública, "La Oficina", creado para desarticular movimientos subversivos. Habló con Enrique Krauss, que era ministro del Interior. "Tú estás muy tropicalizado, Miguel", fue la negativa que aseguró haber recibido.

Con sus planes por el suelo, apostó por algo totalmente distinto: compró predios cercanos a las termas de El Amarillo, en Chaitén, e ideó un negocio turístico. Sin embargo, deudas con el BancoEstado llevaron sus terrenos a remate en 1997. Los paños fueron comprados por un norteamericano que en ese entonces recién se hacía conocido en Chile: Douglas Tompkins, quien pagó por ellos $ 150 millones. Desde entonces, el norteamericano se volvió su enemigo y, años más tarde, cuando ya era alcalde de Chaitén, lo declaró "persona non grata", recuerda el senador Antonio Horvath (RN).

Fritis había decidido hacer una carrera política local: fue concejal de Chiloé, gobernador de Palena, y en 2000 fue electo con el 47,58% alcalde de Chaitén. Enfrentó acusaciones de malversación de fondos y fraude al Fisco -de las que al final fue absuelto- y en medio de la batahola, el partido lo expulsó: la medida fue comunicada por el entonces presidente del partido, Adolfo Zaldívar, de cuyo hermano, Andrés, Fritis era amigo.

En 2007 volvió al cargo y, cuando pensaba que las cosas ya habían vuelto a su cauce, un nuevo golpe se vino encima: la erupción del Chaitén. Galilea recuerda que en muy poco tiempo, Fritis pudo organizar a su gente y evacuarla sin dejar de decir que "Chaitén se reconstruirá en Chaitén".

Pero en las pasadas elecciones perdió frente a Pedro Vásquez, un coronel retirado del Ejército. Ante el resultado, Fritis optó por radicarse en Puerto Varas, ciudad en que su salud, siempre delicada debido a una insuficiencia renal, comenzó a deteriorarse. El miércoles pasado comenzó a sentir fuertes dolores en su pecho. Lo operaron en Puerto Montt el jueves para ponerle un marcapasos bicameral.

Había salido bien, pensaba su equipo médico. Pero una complicación de última hora derivó en un infarto que le quitó la vida. Sus funerales serán mañana en Puerto Varas.

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