La actriz Kristen Stewart, consagrada mundialmente por su papel de Bella en la saga Crepúsculo, cambió radicalmente de imagen en el Festival de Cine de Berlín para interpretar a una grosera prostituta que consume marihuana en Welcome to the Rileys, una cinta que compite en el encuentro alemán.

La película se presentó en la Berlinale sin sus dos grandes figuras -la propia Stewart y el protagonista de Los Soprano, James Gandolfini- y tuvo una aceptable acogida sobre todo en el apartado interpretativo.

Las tres actuaciones principales recibieron halagos y han reafirmado las credenciales de Stewart fuera del mundo de las grandes producciones. La película incluso encontró un distribuidor para el mercado estadounidense, donde llegará a las salas de cine el próximo otoño.

Su director, Jake Scott, hijo de Ridley Scott, dijo que primero consideró a Stewart para el rol de Mallory, una joven prostituta, cuando Sean Penn la recomendó por la fuerza de su actuación en la película Hacia rutas salvajes, donde la joven tenía un pequeño pero intenso papel. "Rodamos esto en el 2008, por lo que Crepúsculo salió cuando habíamos terminado", dijo Scott a periodistas el lunes en Berlín. "La vi en Hacia rutas salvajes. Tuvimos mucha suerte", añadió.

Stewart, de 19 años, ha buscado no encasillarse y abrirse a otro tipo de producciones. Prueba de ello son cintas como Adventureland o la todavía inédita The Runaways (donde personifica a la rockera Joan Jett) y ahora su incursión en una producción tan intensa como Welcome to the Rileys probablemente dará un gran impulso en el circuito independiente.

En la cinta Stewart interpreta a Mallory, una empobrecida stripper y prostituta en Nueva Orleans a quien Doug Riley, interpretado por Gandolfini, toma bajo su cuidado. Pero rápidamente queda en claro que su afecto por la chica está dirigido por su deseo de encontrar un sustituto para su propia hija, quien falleció en un accidente de automóvil a los 15 años.

La esposa de Riley, interpretada por Melissa Leo, supera su dolor y paranoia y maneja desde su hogar para verlo y de improviso acepta tomar el rol de madre en la nueva familia. "Como director me sentí atraído hacia la historia debido a que soy padre e hice un filme de verdad acerca de la paternidad", dijo Scott.

Welcome to the Rileys es el segundo largometraje de Scott y el primero en una década. "Llevó 10 años debido a que nadie me dejó hacer una película", explicó. "Lo intenté con firmeza. Literalmente he intentado por 10 años hacer una película. No fue por la falta de esfuerzo", agregó.