Mujeres de Kerchiefed venden carteras de diseñadores falsas frente a las tiendas de Alexander McQueen y Stella McCartney, cuyos avisos han sido destruidos menos de 18 meses después de sus grandes inauguraciones.

Las creaciones de diseñadores británicos y los abrigos de lana hechos en Italia fueron llevados a las tiendas vecinas y vendidos con un 70% de descuento antes de que la crisis financiera sellara sus puertas a comienzos de marzo.

La capital rusa, conocida mundialmente por sus costosos restaurantes, su gran cantidad de autos deportivos y su pasión por el exceso, está sufriendo un gran golpe debido a la recesión que estremece al cuarto país que más gasta en artículos de lujo.

Los analistas dicen que las ganancias de este año disminuirán en cerca de un tercio en la industria de ropa y accesorios de lujo del país. Se estima que el valor de este negocio es de entre 4.500 millones y 9.000 millones de dólares. Moscú compra más del 80% de los bienes de lujo de toda Rusia.

MODA DE LUJO
La repentina sobriedad en el gasto está lejos de lo que era hace sólo un año atrás, cuando Donatella Versace y Tom Ford impulsaban planes para expander su negocio hacia el público entusiasta de Rusia.

Ahora Hennes & Mauritz, de Suecia, famoso por los bajos precios de sus productos, está concentrado en el local que antes ocupaba Alexander McQueen, dijo a comienzos de marzo su presidente ejecutivo Rolf Eriksen.

Crocus Group de Rusia, dueño de un centro comercial que vende diamantes y limosinas y con cerca de 100 tiendas de lujo en Rusia y Azerbaiján, también ha sentido el golpe.

"En Moscú hemos comenzado a experimentar la desaceleración y debo decir que es muy fuerte", escribió el director comercial de Crocus Group, Emin Agalarov.

"En general, mis expectativas son muy pesimistas, por lo que no quiero asustar a nadie con las cifras pero, créanme, en la primera mitad del 2009, todos nosotros (los minoristas) vamos a sufrir", agregó Agalarov.

GRANDES FIRMAS
Las refinadas cuadras de adoquines de Stoleshnikov Pereulok, la versión de Moscú a la lujosa Bond Street de Londres, están repletas de rumores de la industria sobre posibles cierres de tiendas debido a la crisis. Un pliego de papel tapaba las ventanas de la exclusiva y única tienda de Vivienne Westwood en Rusia, que decía "cerrado por reparaciones".

La portavoz de la tienda de Vivienne Westwood en Londres dijo que el representante ruso de la firma se había retirado del mercado minorista.

La franquicia rusa Aizel, que administra un grupo de tiendas incluyendo las de los diseñadores estadounidenses Diane von Furstenberg y Marc Jacobs y la firma de lencería británica Agent Provocateur, dijo que las ventas en sus negocios han bajado hasta en un 10%.

En los eventos de modas, la historia es similar.

SEMANA DE LA MODA
Los organizadores de la Semana de la Moda en Rusia, que se realizó en marzo, dijeron que podrían reducir el número de eventos en un 20% a partir de octubre, debido a la poca participación. Esto es un efecto dominó desde París, que recibió menos participantes rusos en la semana de la moda de marzo en comparación con años anteriores.

"Decidimos (...) concentrarnos en calidad. Con la crisis, hay que poner todo en la producción", dijo Olga Sorokina, directora creativa de la lujosa marca rusa Ifre.

La ex modelo clausuró los desfiles de moda en la capital francesa y Moscú, y en vez de eso, presentó su colección de carteras de piel de pitón, ropa interior de cuero y abrigos de piel en una modesta sala de exhibición en París.

Como dijo el director de la marca Emanuel Ungaro, Mounir Moufarrige, tras su desfile en París, "los clientes rusos están comprando menos".