Ranuccio Bianchi Bandinelli escribió en su diario "Si un atentado doble puede ser organizado, esta es la ocasión", luego de que planeara cómo acabar con Hitler y Mussolini en una visita que harían por el Lacio y la Toscana.

Ranuccio sería su guía por cuatro días en su visita por Italia, ya que cumplía con todos los requisitos: era experto de arte romano y arqueología, sabía los secretos de Miguel Ángel y manejaba muy bien el alemán. Planeó cómo cometer el asesinato, cómo introducir una bomba en los Uffizi o ponerse un chaleco explosivo.

El 6 de mayo de 1938 Bandinelli comenzó su recorrido como guía para Hitler y Mussolini, ambos comentaban sobre arte, en su diario más tarde escribiría que Mussolini camina “torpe como un títere” y que Hitler “se parece, en la estética, al conductor de un tranvía”.

Pero hay un momento en el recorrido en que el académico se queda solo con el Führer, el silencio entre los dos lo convence de que Hitler le ha leído la mente y sabe de sus planes, sin embargo éste le revela al guía que a veces sueña con dejar la política y pasar tiempo en los museos italianos.

De esta forma no comete su fantasía y termina la visita. Más adelante Hitler pidió nuevamente a Ranuccio como guía, pero se inventa un resfriado para no asistir.

Es la historia que cuenta a El País Enrico Caria, director del documental "El hombre que no cambió la Historia" que se presentará hoy en el Festival de Venecia. La historia de un profesor que escribió en su diario cómo había planeado la muerte de Hitler y Mussolini que no llevó a cabo.

“Creo que Bandinelli vivió la posibilidad de matar a los dos tiranos sacrificando su propia vida con el mismo estado de ánimo de quien sube a una azotea para lanzarse. Una vez arriba, todo es posible”, dijo el director al medio.