La historia del refugiado sirio de 92 años que impacta a Italia
Hizo la travesía en un barco pesquero junto a su hijo, nuera y nietos, desde Egipto a Sicilia. Ahora quiere viajar a Alemania para reunirse con su hermana.
El drama de los inmigrantes que cruzan desde el norte de Africa y llegan por montones a las costas de Italia no cede. Sólo el fin de semana pasado más de 5.000 personas fueron rescatadas en el Canal de Sicilia. Y una de esas historias ha conmocionado al país europeo. Se trata de Abdel Fahim Taktak, un sirio de 92 años, que a pesar de su edad se animó a dejar su país por un futuro mejor en Europa. Aunque su mayor anhelo es llegar hasta Alemania para poder abrazar a su hermana que vive ahí.
Abdel, que se convirtió en el inmigrante más viejo que ha llegado a esas tierras italianas, decidió acompañar a su hijo, su nuera y sus tres nietos, de seis, cuatro y dos años, en su huida de la guerra de Siria.
“Escapamos de Siria en un furgón que nos llevó hasta Egipto. Mi hijo había encontrado el contacto justo. Esperamos nuestro turno y después partimos desde una playa egipcia. En ese pesquero éramos muchísimos, más de 200. Muchas mujeres, niños. Estuvimos en el mar cinco días y seis noches. Me sentí mal, pensé que iba a morir, rezaba. Cuando finalmente fuimos rescatados y toqué tierra, me sentaron en una silla de ruedas, pero yo enseguida dije que todavía podía caminar. Sólo estoy muy cansado, necesito dormir", contó al diario La Repubblica.
Los marineros de la nave Dattilo, de la guardia costera italiana, no podían creer lo que veían cuando hace algunos días empezaron a sacar a los refugiados de la barcaza egipcia que flotaba a la deriva en el Canal de Sicilia: vieron a este anciano en medio de otros 234 inmigrantes golpeados por el sol. "Parecía una estatua de sal y tuvimos que subirlo con un montacargas", dijo uno de los socorristas.
Se trata sin duda de una rara excepción, ya que por lo general quienes se animan a esta arriesgada travesía por el Mediterráneo son hombres, mujeres y niños, que aun tienen esperanzas y fuerza para intentar construir una nueva vida en Europa.
Pero lejos de contentarse con estar en una casona que acoge a refugiados cerca de la ciudad de Siracusa, Abdel –cuya historia ha sido mostrada en todos los canales de televisión del país- repite que “ahora debo descansar un poco, porque debo continuar mi viaje”. “Ya estoy viejo, pero si enfrenté este viaje, es para intentar cumplir el último deseo de mi vida: volver a abrazar a mi hermana", dijo a La Repubblica. "Quiero que sea ella la que me cuide en lo que me queda de vida. Mi hijo y su familia podrán volver a empezar de cero. Si logré llegar hasta aquí en un barco, también lograré llegar hasta Alemania. Pero les pido ayuda a los italianos. Les ruego: ayúdenme", sostuvo.
El impacto de este drama fue tal que incluso el líder del Movimiento de los Derechos, Franco Corbelli, llamó al canciller italiano, Paolo Gentiloni, para intentar “cumplir el sueño del migrante más anciano” llegado a este país.
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