Histórico

La nueva provocación de Marco Evaristti

El polémico artista chileno residente en Dinamarca, recordado por la muestra de albóndigas hechas con su propia grasa, propone utilizar el cuerpo de un condenado a muerte como alimento para peces.

Gene Hathorn (47) es un convicto condenado a muerte en Texas que ahora se podría convertir en el nuevo "experimento artístico" del chileno residente en Dinamarca, Marco Evaristti. El mismo que conmocionó a la escena nacional en 2001 cuando montó en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) una serie de licuadoras con un peces vivos nadando en su interior. ¿La idea?, que los visitantes decidieran si apretaban o no el botón de encendido del aparato.

Tras esa polémica instalación, que atrajo a unos e indignó a otros, se sucedieron latas de albóndigas preparadas con su propia grasa -extraída de una liposucción-, figuras de excremento enchapadas en oro y diamantes, o la más grandilocuente trilogía con la que tiñó de blanco un iceberg en Groenlandia, un macizo del Mont Blanc, en los Alpes, y una seccción del Sahara, en la zona de Túnez.

Ahora, la idea de Evaristti es hacer un llamado ante la vigencia de la pena de muerte, utilizando, si es que la apelación de Hathorn es rechazada, el cuerpo del convicto como elemento central de la obra, congelándolo y convirtiéndolo en comida para cientos de peces que se encontrarán en un gran acuario. Al igual que en la muestra de las licuadoras, los vistantes serán invitados a "participar", esta vez siendo ellos quienes repartan el alimento.

"Quiero crear conciencia sobre el hecho de que hay gente que es asesinada legalmente en nuestra civilización occidental (...) Un abogado me puso en contacto con Hathorn y luego de unas cuantas reuniones sugerí la posibilidad de que yo utilizara su cuerpo y él deseó que así fuera", comentó el artista a The Art Newspaper. Ante la pregunta de si considera que su proyecto es cínico o antiético, Evaristti respondió que "el verdadero problema es que están matando gente legalmente".

En el último año, Evaristti ha visitado a Hathorn en reiteradas ocasiones en la prisión texana de Livingston, donde se encuentra desde 1985 acusado de asesinar a su padre, su madrastra y su hermanastro. Un crimen que él asegura no cometió.

De concretarse su idea, la muestra se enmarca dentro de un proyecto mayor creado por el artista para protestar contra la pena capital y que hasta el momento consta de una cama de ejecución, que será exhibida este mes en la Feria de Arte de Copenhage, y una colección de ropa llamada La Ultima Moda, que fue presentada el mes pasado y donde quince modelos lucieron una serie de prendas creadas por Evaristti con el supuesto objetivo de ser utilizadas por los prisioneros el día de su muerte.

"El show de moda será olvidado en poco tiempo. La gente fue allá, miró y se divirtieron, pero yo quiero un último impacto y por eso estoy utilizando el cuerpo de Harthorn", comentó el artista a la misma publicación.

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