El 3 de agosto de 1713 en una tertulia que se llevó a cabo en el palacio de Villena, un grupo de 11 ilustrados caballeros -encabezados por el marqués de Villena- decidieron redactar un diccionario de la lengua española.

Este se convirtió en el acta fundacional de la Real Academia Española. Y es que ya existía una publicación de estas características en Francia, Italia, Inglaterra y Portugal.

Según Fernando Lázaro Carreter, filólogo que permaneció al frente de la RAE por seis años, estos hombres fueron capaces de llevar a cabo una verdadera proeza en sólo 26 años.

"La Academia Francesa tardó 65 (años) en desempeñar una tarea de alcance mucho más limitado. Seis copiosos volúmenes, con un total de más de 4.000 páginas, en cuarto mayor, fueron el resultado de esa acción, una de las más esforzadas de que pueda ufanarse la cultura española", expresó en el diario español El País. 

A juicio de José Manuel Blecua, actual director de la Academia, esa publicación con 42.000 palabras fue "el momento de más éxito".

Para el próximo año se espera la publicación de la versión vigésimo tercera.