"¡Que se quede Pepe Rojas, que se vaya Azul Azul, que se vayan esos buitres, que no quieren a la U!”. La consigna desde el lado sur del Estadio Nacional fue clarísima a eso de las 19:25 de la tarde de ayer. El descontento con la dirigencia comandada por Carlos Heller era total.

En la concesionaria sabían que, entre la salida del capitán más ganador de la historia de Universidad de Chile y el conocimiento mediático de la salida del plantel de varios jugadores estudiantiles, iban a tener una jornada dura. Y se movieron temprano. El presidente se hizo presente en la mañana en el Hotel Intercontinental para ofrecerle disculpas a Martín Lasarte por lo que ocurrió con sus dirigidos la noche del viernes, en la que el descontento por la falta de coordinación era evidente. Machete aceptó. Heller no echó pie atrás, y también se hizo presente en el camarín azul en Ñuñoa para disculparse con un elenco que había llegado a su último encuentro del año con el ánimo notoriamente bajo.

Mario Conca fue el primero en explicar lo que pasó entre Beccacece, el plantel de la U y Lasarte:“Lo de ayer fue un error de comunicación, se ha conversado con Martín y el plantel y se entendió como personas grandes. Después del partido, el equipo se va de vacaciones y era correcto conversar con ellos antes que se fueran, para que los que no van a seguir, que lo conozcan con antelación y los que seguirán, para que lleven su plan de trabajo. Fue muy prudente y correcto haber conversado con los jugadores antes que se fueran de vacaciones. Solo hemos dicho la verdad. El error que cometimos fue no haberlo conversado adecuadamente con Martín”.}

Heller, previo al pleito con Huachipato le entregó las tradicionales camisetas de homenaje a Rojas y a Lasarte. Tras eso fue increpado por un hincha,  a lo que respondió con explicaciones para posteriormente sentarse en el palco junto a Conca, José Luis Navarrete y su hijo, también parte del directorio, Pedro Heller.

Victoria casi indiferente 

Se dio tan sencillo el encuentro ante los de la usina que la hinchada azul se dedicó a homenajear a Pepe Rojas. Los goles de Ubilla y Valencia, tras grave error de la zaga sureña, calmaban el ánimo luego de un inicio algo enredado en la cancha.  Sin embargo, luego de  los tantos, se vieron los mejores momentos de la U, quizás, en el año. Buen juego combinado con muchas variantes de ataque frente a una escuadra irreconocible en el primer tiempo, que perfectamente se pudo ir goleada al descanso. Y, además, Pepe Rojas fue uno de los valores altos de los locales, y cada vez que acertaba se llevaba una ovación de la gente que lo acompañó por 12 años.

Si bien el marcador no era holgado, en la etapa complementaria el relajo de ambas escuadras era evidente. Ubilla, nuevamente, sacaba de quicio a la marquesina al errar tantos cantados, y la salida de Rojas por Espinoza trajo consigo el homenaje esperado. El abrazo con sus compañeros y con otros jugadores de Huachipato (como Juan Ignacio Duma) se mezclaba con el reconocimiento de una hinchada que, al mismo tiempo, criticaba a Azul Azul con la salida de uno de los últimos ídolos. El gol de Luciano Vásquez, ayudado por un error de Miguel Jiménez, fue anecdótico.

En la Sociedad Anónima que maneja a la U también se vienen cambios. Andrés Lagos, pese a no ejercer derechamente su cargo, está en Alemania las llegadas de Marcelo Díaz y Gonzalo Jara, valores expresamente pedidos por Sebastián Beccacece. DT que, todavía, no resuelve definitivamente su salida de la selección chilena, pero ya medita sobre la pretemporada que comenzará el 18 de diciembre .

Lo que no va a cambiar en la U es el cariño con el que salió Pepe Rojas. Tras el pitazo final de Piero Maza, el capitán se fue con su hijo Bautista en los brazos. Con la consigna de que algún día volverá.