Cuando José Luis Echeñique se suicidaba en el final de la teleserie nocturna de TVN El señor de la Querencia, con más de 50 puntos de rating, y el elenco celebraba con aplausos en una casa del sector oriente de la capital, el protagonista indiscutido de la serie, Julio Milostich, estaba frente al televisor pero en la clínica Breteña donde se recupera de su adicción al alcohol.

Una realidad que el actor vive desde el 15 de agosto pasado, cuando ingresó al centro de rehabilitación, luego de protagonizar una riña con el dueño del pub UVA de Ñuñoa, que desencadenó en una querella criminal que tuvo al actor en el ojo del huracán.

Fueron tres largas semanas en las que Milostich, desde la clínica, vio como su nombre figuraba día tras día en los medios. Situación que sólo el martes 2 de septiembre llegó a su fin con un acuerdo extrajudicial que le significó desembolsar 600 mil pesos y pedir disculpas públicas a su ex amigo Marcelo Aravena.

Pero la vida de el protagonista de El Señor de la Querencia en la clínica donde permanece recuperándose, responde a un riguroso tratamiento que incluye pocas visitas, una dieta específica y mucho apoyo psicológico para ayudarlo a superar su "mal momento".

EL TRATAMIENTO Y LA RUTINA DEL ACTOR
El tratamiento al que se somete al actor es personalizado. La clínica inicia su trabajo con seis sesiones para evaluar al paciente. La hospitalización dura entre cinco y ocho semanas, en tanto que el tratamiento ambulatorio posterior puede llegar a durar hasta dos años.

Según cuenta un cercano al actor, Milostich siempre se levanta temprano y le gusta leer el diario. No ha querido dejar de estar al tanto de lo que pasa con la teleserie ni tampoco de las informaciones que han salido referentes a su caso.

La información es corroborada por su abogado, Julio Barría, quien señaló que "Julio se encuentra enterado de todo lo que pasa y también se ha dado el tiempo de ver todos los capítulos finales de El señor de la Querencia".

En tanto que personal de la cocina de la clínica comenta que no han tenido contacto directo con el actor, pero que se le ve de buen humor en el comedor donde comparten todos los pacientes.

La clínica cuenta con un patio interior que permite caminar y leer, otra de las cosas que frecuentemente hace el actor, que además disfruta de largas conversaciones con otros pacientes.

Su rutina es en extremo normal, según cuenta otro paciente ambulatorio del centro: "No es nada del otro mundo el lugar, es tranquilo, tiene juegos de salón y algunos instrumentos musicales. Julio (Milostich) toca guitarra, asi que alegra la cosa con canciones", comenta.

Definitivamente una vida muy distinta a los intensas semanas previas a su internación. Las que contemplaron largas jornadas de grabación para la serie Cárcel de mujeres de TVN y los preparativos de un montaje teatral y los eventos privados que realizaba.

Para las próximas semanas se espera el alta parcial de Julio Milostich, lo que le permitirá volver a su hogar, pero deberá seguir con un tratamiento ambulatorio para curarse definitivamente.