Histórico

Llega a Chile controvertido test de ADN anti infidelidad

<p>Basta guardar alguna ropa u objeto que haya podido ser protagonista del romance clandestino para determinar si en éstos hay ADN de alguien que no sea usted o su pareja.</p>

Cuando Claudia (36) le dejó las llaves de su departamento a su pololo, no imaginó el escenario que descubriría a la vuelta de su viaje. En un rincón de su closet encontró un juego de sábanas mal doblado. No fue difícil concluir que habían sido cambiadas a la rápida y la invadieron las sospechas. Entonces, encaró a su pareja. Le preguntó si había sido infiel, pero el "no" de vuelta fue rotundo. La conversación quedó ahí, pero las suspicacias de Claudia siguieron. Hasta que alguien le dio un dato que se presentó como su gran solución: un test de ADN para descubrir infidelidades sencillo de utilizar y económico para el bolsillo: cuesta sólo 80 dólares (40 mil pesos) y garantiza un 99% de efectividad.

Se trata de un test que ganó popularidad en EEUU cuando el FBI lo utilizó para rastrear evidencia biológica del ex Presidente Bill Clinton en un vestido de Mónica Lewinsky. A partir de ese momento se vendió como pan caliente y hoy más de una docena de laboratorios lo comercializan allí y en el resto del mundo.

El laboratorio Biogenetics es el primer centro que lo ofrece en Chile. Desde mitad de año a la fecha, 25 personas lo han solicitado: 80% de ellos son hombres. "Si bien la demanda se mantiene estable y aún no es tan masiva, lo notable es que no publicitamos el test. La gente llega sola, por curiosidad o porque le contaron. Cada vez más personas saben de nuestro producto", cuenta Hugo Jorquera, dueño de Biogenetics.

HOMBRES AL BORDE
El sistema es simple: el afectado sólo debe enviar al laboratorio ropa de cama, prendas de vestir u otros objetos que puedan contener restos biológicos de un posible encuentro sexual clandestino (ver recuadro). La pericia -rápida y efectiva- es usada comúnmente en trabajos forenses o criminales, pero ahora está invadiendo el campo de las parejas, lo que en otras latitudes ha sido controversial. Un dato: en 2006  Reino Unido prohibió el uso de este tipo de pruebas, porque violaban las normas de privacidad de la gente. Hasta tiene pena de cárcel.

¿Por qué la gente llega a usarlos? "Hay personas, especialmente hombres, que se guardan las dudas y no son capaces de encarar a sus parejas. Por eso recurren a este tipo de técnicas", explica  el sicólogo Patricio Venegas. Hay más: muchas veces las personas que espían son "vengativos y rencorosos y necesitan tener alguna prueba para castigar a sus convivientes", di ce. Eso lo saben los laboratorios que comercializan el test, que  seleccionan a sus "clientes" a través de una entrevista. Quieren saber si están frente a una persona que no realizará alguna locura con los resultados. Por eso, Hugo

Jorquera le ha dicho "no" a hombres desesperados por información. "Tratamos de evitarlos. Nosotros aplicamos un examen científico, nada más". En México sucede algo similar: "Los mexicanos son muy machistas. Para un mexicano ser engañado puede desencadenar una tragedia", dice a La Tercera Jorge Guillen, director del laboratorio Mexigen, uno de los tantos laboratorios que ofrecen el test en ese país.

Claudia pasó la entrevista. Ella sólo quiso saber si lo que había en las sábanas era de su novio. Lo confirmó, pero no quiso ahondar más. Ahora es parte del 43% de las mujeres chilenas que "jamás" perdonaría una infidelidad.

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