Tras varios libros dedicados a su vida y un documental sobre el largometraje que la llevó a la fama, finalmente se estreno ayer -en el Festival de Sundance- la película Lovelace, sobre la protagonista de la mítica Garganta profunda (1972), la primera película pornográfica en convertirse en un éxito de taquilla.

Amanda Seyfried, quien fue la hija de Meryl Streep en Mamma Mia! y también ha estado en Querido John y Los miserables, interpreta a Linda Lovelace, icono de la revolución sexual estadounidense de los años 70. La trama dirigida por Rob Epstein y Jeffrey Friedman se centra en la tormentosa relación que tuvo la actriz con su marido, Chuck Traynor (interpretado por Peter Saarsgard), quien la amenazaba y maltrataba para que siguiera actuando.

Lovelace se mostró muy liberal en los 70 respecto a su sexualidad, lo que escandalizó a muchos, pero ya al terminar esa década daba muestra de contradicciones, terminó renegando rotundamente de su pasado y, luego de entregarse a un movimiento feminista, en la autobiografía que lanzó en 1980 hizo público su drama personal: jamás quiso ser la chica del póster para la revolución sexual, pues nunca tuvo la intención de aparecer en cintas para adultos. Según ella, lo había hecho presionada por su primer esposo.

"Entender la experiencia de alguien es siempre difícil, pero el hacer de alguien con quien no te puedes identificar para nada... No soy virginal, pero no estoy de ninguna manera tan cómoda con mi sexualidad al punto en el que estuvo Linda", declaró Amanda Seyfried a The Guardian respecto al rodaje. "Lo más complejo fue comprender la lucha, la profundidad de su depresión, pretender que todo estaba bien mientras era golpeada brutalmente cada día", agregó la actriz sobre la cinta, que además de Seyfried y Saarsgard, reúne a varias estrellas en su elenco: Sharon Stone encarna a la madre de Lovelace y Robert Patrick (Johnny & June, Pasión y locura) a su estricto padre. James Franco interpreta a Hugh Heffner y Adam Brody, al coprotagonista de Deep throat, que fue inicialmente condenado a cinco años de cárcel, generando un escándalo y el apoyo de las grandes celebridades de Hollywood, como Jack Nicholson, Gregory Peck y Warren Beatty, en favor de la libertad de expresión y ayudando a cimentar la leyenda tras Garganta profunda.