Histórico

Mario Testino, fotógrafo de los hermosos

<meta http-equiv="CONTENT-TYPE" content="text/html; charset=utf-8"> <title></title> <meta name="GENERATOR" content="OpenOffice.org 2.0 (Win32)"> <meta name="CREATED" content="20091219;13313378"> <meta name="CHANGED" content="16010101;0"><style type="text/css"> <!-- @page { size: 21cm 29.7cm; margin: 2cm } --> </style> <p>Uno de los mayores retratistas del glamour lanza un libro en que inmortaliza Río de Janeiro y da rienda suelta a su "realismo lujoso". Y no le importan las críticas: "No hago lo que hay que hacer, hago lo que me provoca", dice.</p> </meta> </meta> </meta> </meta>

La historia de cómo un sudamericano se convirtió en uno de los mayores retratistas de la fama y el glamour comenzó sin planificación. Mario Testino nació en Perú en 1954, pero vive en Londres desde 1976. Se mudó a un edificio semi abandonado y ofreció sacarles fotos a aspirantes a modelos (maquillaje incluido) por 25 libras. Lo que menos le interesaba era el retrato y, sin embargo, terminó siendo su mayor talento. Hoy, Testino es una superestrella de la fotografía, requerido por actores, músicos, políticos y realeza. Testino y la norteamericana Annie Leibovitz son los herederos de una práctica que Richard Avedon e Irving Penn elevaron a expresión artística.

Las estilizadas imágenes de Testino, que equilibran seducción y naturalidad, son capaces de vender miles de copias de revistas y atraer una cantidad récord de visitas al National Portrait Gallery de Londres. Ahora publica un nuevo libro, dedicado a Río de Janeiro: MaRio de Janeiro, en que exhibe sus inquietudes personales. Al contrario de sus fotos de estudio, en estas reina improvisación y asombro. Son los sentimientos que le da Río de Janeiro, dice a La Tercera. "Cuando sales a la playa, todo te provoca fotografiar: todo es lindo e increíble. En este libro quise retirar todo lo típico y dar mi visión. Es ese lado sensual que ves en la calle y en la playa lo que te hace sentir tan increíble como los demás", explica.

"Durante años en Inglaterra trabajé con luz natural y, como había poca, las modelos no se podían ni mover. Las fotos se habían vuelto muy controladas. Entonces, quise trabajar con la espontaneidad y comencé a tomar fotos con cámaras en que solo apuntas y fotografías. Como un cowboy con pistola: qué tan rápido puedes sacarla para matar a alguien.", explica. "Quise darle más ligereza a mi trabajo. Si una pintura demora un año, una foto te da una imagen de una milésima de segundo".

La cámara, dice, es lo único que lo hace encajar en Europa. "Como siempre soy fotógrafo, me siento un poco fuera. En parte, porque soy sudamericano, pero también porque no soy ni actor, ni famoso. Si no estuviera allá trabajando como fotógrafo, quizá me regresaría a Lima", dice.

Y lo ha hecho. En su libro Lima exhibió obras de artistas peruanos. MaRio de Janeiro es una contraparte, dedicada a la belleza carioca. ¿Nunca le han criticado que en Sudamérica no todo es tan bello? "Yo no hago lo que hay que hacer, hago lo que me provoca. Quizá sea egoísta", reconoce. "Si lees los periódicos y ves las noticias, nunca hay nada bueno. La tragedia es lo único que nos interesa. Yo quiero mostrar el lado positivo. Soy el optimista máximo".

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