Montreal, la pista del Muro de Campeones y de las sorpresas
Este domingo se corre el Gran Premio de Canadá en el circuito Gilles Villeneuve, trazado que posee la barrera de contención más famosa de la F1 y que ha entregado resultados inesperados.

Todos los circuitos de la Fórmula Uno tienen elementos que la hacen interesante en su estilo. Los trazados, el entorno, la mística, el calor, la historia... El Gilles Villeneuve de Montreal, sede del Gran Premio de Canadá, tiene uno atípico.
Una barrera de contención.
No es cualquier barrera. Tiene una leyenda coqueta que dice "Bienvenido a Quebec" (en francés) y todos parece que se sienten tan cómodos con el escrito que se acercan a él y hasta chocan con él.
El llamado Muro de Campeones ha sido significativo en la historia particular del Gran Premio de Canadá, una carrera que dista mucho de la fecha anterior de la F1, en Mónaco. Largas rectas, chicanas bastante técnicas y un abuso fuerte de los frenos marcan las 70 vueltas de la prueba.
Entre las rectas, está el famoso Muro, a la salida de la curva 13, donde los autos llegan a más de 330 km/h y deben bajar a casi 135 km/h y de octava a tercera marcha. Ahí, en ese movimiento, varios se han ido contra el "Bienvenido a Quebec".
En 1999 se creó el mito. En la vuelta 3, el italiano Ricardo Zonta, campeón 1998 del FIA GT, se fue al muro. En la 15 se fue el británico Damon Hill, campeón de F1 en 1996. En la 30 le tocó al alemán Michael Schumacher, monarca de 1994 y 1995. En la 35 lo hizo el local Jacques Villeneuve, hijo de Gilles, piloto que da el nombre al circuito y que fue campeón en 1997. El nombre estaba listo.
Canadá 1999 no sólo hizo el mito del muro, también fue la primera carrera de la F1 que terminó con el safety car guiando la caravana, debido al accidente del alemán Heinz Harald Frentzen (no fue contra la barrera). La prueba la ganó el finlandés Mika Hakkinen.
Otros pilotos que llegaron en su momento como campeones de F1 o de otras categorías menores de FIA también se fueron contra ese muro. Nico Rosberg, Jenson Button, Sebastian Vettel, Rubens Barrichello, Pastor Maldonado y más han tenido su momento de angustia con el accidente.
Canadá ha dejado otras postales en la historia, como cuando Gilles Villeneuve corrió a ciegas en 1981, porque el alerón delantero de su Ferrari se quebró hacia adelante, tapándole la visibilidad. Para peor, llovía. Villeneuve terminó la carrera girando dos vueltas de esa forma, pero cedió su tercer puesto y llegó 11º en una carrera donde Eliseo Salazar abandonó tras ocho giros por un accidente. O como cuando nevó en 1978. O con la "carrera más larga del mundo" en 2011, que por lluvia duró más de cuatro horas y media debido a detenciones de hasta dos horas y seis salidas del safety car, el número más alto de apariciones del vehículo.
Pero también ha dado espacio para las sorpresas. En Montreal ganaron por primera vez (y única en algunos casos) pilotos como Daniel Ricciardo, Robert Kubica, Thierry Boutsen y Jean Alesi. El caso de los últimos dos se dio incluso cuando no estaban en la lista para ganarlo ni tampoco iban liderando. Boutsen tomó la punta tras la salida de Ayrton Senna por un fallo mecánico en 1989 y Alesi hizo lo mismo en 1994 después del fallo eléctrico del monoplaza de Michael Schumacher.
Ricciardo fue el último ganador en una carrera que significó, el año pasado, el fin de la racha de seis triunfos seguidos de Mercedes. Y tampoco estaba destinado a ser el vencedor. Los Mercedes de Lewis Hamilton y Nico Rosberg fallaron en sus frenos, Felipe Massa, líder de la prueba, chocó con Sergio Pérez en la penúltima vuelta y el australiano, que venía recortando distancias y que largó sexto, tomó la punta.
Así como se ha desarrollado la Fórmula Uno cada vez que va a Canadá, se puede esperar cualquier cosa.
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