De un lado, lloraban todos, los hinchas, los jugadores. En el otro, se miraban entre ellos, al suelo y al cielo, buscando una explicación. Japón se inscribió con uno de los resultados más sorpresivos en la historia de los mundiales de rugby, al derrotar por 34-32 a Sudáfrica.

Sudáfrica es una potencia de este deporte (con títulos en 1995 y 2007), mientras Japón llegó a este partido con sólo un triunfo en un Mundial, en 1991 a Zimbabwe (52-8). Así, nadie dudaba de un triunfo fácil de los Springboks. Pero en un momento, los sudafricanos se fueron a negro.

En el partido del Grupo B del Mundial de Inglaterra, los japoneses dieron la lucha desde el principio y en el último suspiro anotaron un try épico.

Karne Hesketh fue el héroe de esa última jugada que dio el segundo triunfo a Japón en sus siete participaciones mundialistas, con dos empates y 21 derrotas. 

La gesta japonesa tiene aún más mérito ya que los asiáticos dispusieron de una opción, ya en el agregado, para lanzar un penal y tratar de lograr un empate ya histórico, pero prefirieron jugar a la mano.

Así, los organizadores del próximo Mundial ya concentran la atención del actual torneo con su gran hazaña.