Histórico

Obra rescata las plumas del Bim Bam Bum

"Quiere ser artista? Iníciese en el Bim Bam Bum. Condiciones: estatura mínima 1,70 m. Bonita. Buen sueldo empleada particular. Presentarse a la brevedad posible, de 6 a 8 P.M. Huérfanos N° 837".

Este aviso fue publicado hace 40 años y a esa dirección llegaban filas de mujeres dispuestas -como dice la investigación Apoteosis Final, liderada por la actriz y directora Paulina García- a "dejar el percal para vestir la seda y la chala por el taco de aguja". Hoy en esa céntrica dirección hay un banco y, si el gentío lo permite, al retroceder unos pasos y levantar la vista se puede reconocer aún la fachada del mítico Teatro Ópera, el lugar que albergaba al Bim Bam Bum, una compañía de espectáculos revisteriles que quería imitar al pomposo Lido de París y que Buddy Day (uno de sus fundadores) llamó así en honor a una guaracha cubana del mismo nombre que él interpretaba con su orquesta.

Hoy la fachada es lo único que queda de ese teatro.

La investigación que realizaron Paulina García, Patricia Velasco y Katy Cabezas, entre otras, es poderosa, porque gracias a entrevistas con ex figuras del show y a un trabajo como verdaderas ratonas de biblioteca, lograron rearticular (en un CD educativo, proyecto Fondart) cómo era ese mundo con plumas y lentejuelas, pero que también representaba mucho más que eso. Porque el Bim Bam Bum no es sólo peleas entre coristas por ganar una mejor fila o por lograr convertirse en vedette. Esa mítica revista fue parte de una identidad nacional donde lo femenino comenzaba a tomar fuerza y donde se insistía en homologar, a la chilena, un glamour afrancesado. "Es una imitación. Lo que los chilenos hicimos fue ´aguachar´ a estos íconos extranjeros. No digo que era bueno o malo, pero queríamos afrancesarnos y no americanizarnos. Eso es muy aspiracional y es muy chileno también: querer ser otra persona", dice Paulina García. Y agrega: "Me encanta eso que tenía el Bim Bam Bum de 'que no se note pobreza', porque yo creo que al aguachar una imagen o un concepto extranjero, en su esencia hay mucho humor, ¿me entiendes? Es divertido adoptar esta modalidad de show francés, porque es como decir 'no es igual, pero arreglémoslo pa´ cá' y en eso yo descubro identidad".

UN POCO DE HISTORIA...
El elenco de la obra teatral está conformado por Coca Guazzini, Catalina Guerra,Felipe Ríos, Rodolfo Pulgar, Paty López, Eduardo Herrera, Katy Cabezas, Valentina Muhr, Gonzalo Muñoz y Kiki Rojo.

Qué Churros en Bikini se presentó el 23 de enero de 1953 y fue la primera revista del Bim Bam Bum. María de la Cruz fue la primera mujer chilena en llegar al Parlamento y el título de la revista del año siguiente hablaba de esa realidad femenina: Polleras al Congreso, se llamaba.

Las mujeres que pisaban el escenario para presentar el show eran verdaderas cenicientas, la mayoría provenientes de humildes barrios marginales, hijas de artesanos u obreros, que querían brillar sobre el escenario y que, a veces, se veían obligadas a trabajar en teatros y boites al mismo tiempo. Un artículo de revista Vea de 1970 refleja el otro lado del mundo del plumaje. En esa publicación (que cita la investigación de Paulina García) entrevistaron a Margarita Loyola, quien trabajaba como corista en el Bim Bam Bum.

"'Lo único que me interesa es llegar a ser una buena profesional. Estoy contenta en el Ópera, que ha mejorado mis rentas. Pero no quiero hacer boite. Todas las noches cuando salgo del teatro a la 1:30 de la mañana, debo viajar hasta el paradero 21 y medio de La Granja, porque no puedo darme el lujo de andar en taxi'. Así es la vida de las chicas revisteriles. Entre luces y música, desarrollan una vida que es aparentemente frívola, pero que esconde también dramas y angustias caseras", decía el reportaje.

La investigación Apoteosis Final -en alusión al último número que tenía cada noche de revista- recoge testimonios de diferentes vedettes de la época. Como el de Lula, por ejemplo: "Yo me llamaba Lula Pinochet como artista también. Siempre por ahí van a salir recortes en italiano donde me llamaban la "signorina Pinochet", pero yo estoy hablando de los años 62 ó 63. Yo hice famoso el apellido antes que el ´caballero´, y en todos los países decían 'viene la Pinochet'. Yo creo que fui la primera chilena que se sacó el sostén en el Bim Bam Bum aparte de la Xenia Monty, cosa que acá no se usaba. Entonces mi papá me dijo: '¡Ay!, cómo vas a salir sin sostén, entonces cámbiate el apellido, no salgas como Pinochet'. Y Buddy Day me puso Lula Montecarlo, porque según él había estado ahí, pero yo no estuve en Montecarlo".

Marta, otra artista de la época, dio su testimonio para la investigación: "Yo llegué a Santiago a trabajar en otro tipo de cosas, jovencita, como toda la gente del sur que se viene a trabajar. Trabajé en fábricas de confección y todo ese tipo de cosas (...) y después vi un aviso que salió en un diario donde 'se necesitaban chicas para integrar un ballet'. No le importaba al dueño que supieran bailar, entonces yo llegué ahí (al Tap Room) para integrar el cuerpo de baile. Y de baile yo no sabía nada, pero rápido aprendí. Cuando llegué del sur no sabía ni hablar, lo hacía como en el sur, no tenía una pronunciación, pero todo se aprende en la vida. Cuando vi el escenario y las luces, y cuando el dueño del Tap Room me pega una palmadita en el poto y dice: 'Si esta cabrita -con todo respeto- está bien, esta cabrita va a aprender', yo me quería morir. Me pusieron un traje de baño... pero aprendí, aprendí. El año 58 llegué como corista, a la tercera fila del Bim Bam Bum", narra esta mujer, quien años más tarde llegó a ser vedette de esa compañía.

UNA FICCIÓN...
Con todos estos valiosos testimonios, Paulina García estrenará el 6 de enero en el teatro Aparte una obra sobre el Bim Bam Bum. Si bien el montaje, titulado Apoteosis Final: BBB UP está basado en esta amplio estudio, la idea es hacer una ficción que permitirá mostrar cómo se armaba un show del Bim Bam Bum, pero también comprender desde ese escenario la realidad chilena que se vivía fuera de las tablas (desde la UP hasta el golpe militar de 1973).

La obra parte con un homenaje al mítico clan de coristas y vedettes Ubilla y también se rinde tributo al cómico Manolo González.

"Yo tenía el tema de este espectáculo revisteril en el hipotálamo hace muchos años, pero no sabía cómo lo iba a abordar. Mi primer trabajo en teatro fue en una obra del ´Paco´ Rivano que se llamaba Dónde Está la Jeanette. Ahí yo tenía un monólogo que me encantaba. Mi personaje decía: 'Mi mamá me llevaba a mí y a mi hermano chico a las escalinatas del Bim Bam Bum a vender flores". Yo decía ese texto con un tocado de plumas que me hizo Marcos Correa. Fue mi primera experiencia teatral y me puse altiro plumas", recuerda Paulina García, a quien durante años le dio vueltas la idea de profundizar en ese aparente glamour. "Me interesaba contar esa parte del show que era el final, el último cuadro, donde entraban todos los artistas y saludaban. Me encantó esa imagen esplendorosa, efectista y efímera", cuenta.

El Bim Bam Bum se cerró por primera vez el 11 de septiembre de 1973, pero se volvió a abrir a finales del mismo mes, sólo durante tres días. Luego, reabrió en enero del año siguiente. Así, desde esa fecha en adelante, funcionó de forma intermitente, "cojeando, hasta que muere en 1986".

Como explica la actriz, no sólo fue el toque de queda lo que acabó con el show. "Yo quería entender cómo un lugar así convivió con un movimiento social político, relevante y definitivo como la Unidad Popular, y me preguntaba cómo no murió antes. Y descubrí que venía agonizando durante la UP".

En los 60 no era mal visto que los políticos fueran a verlo. Eran más entretenidos los políticos de esa época, creo yo. Eran bohemios (...) Pero en la época de la UP, incluso, al final del gobierno de Frei con la Reforma Agraria, se instaló la idea de que el proyecto político caminaba de la mano con el proyecto personal de vida, y eso nos condujo a pedir una coherencia hasta las últimas consecuencias. Para ser de izquierda había que ser pobre, por ejemplo ", explica Paulina García. Y ahonda: "La UP fue restrictiva y exigió mucha coherencia entre quién eras, qué hacías y qué pensabas de forma casi religiosa y talibana. Esa exigencia hizo que el Bim Bam Bum estuviera con un respirador artificial durante la UP. Lo que le dio oxígeno era que el chileno es bueno pal' hueveo. La dictadura parece que nos dejó otra idea, pero al chileno le gusta el hueveo y, a pesar de todo (del toque de queda) se acercaban compadres para allá y tenía público igual".

"Lo que queremos con esta obra es entender el escenario político desde el Bim Bam Bum. Mirar lo que pasaba afuera, pero permanecer adentro y contar un momento tan clave para los chilenos como fue la UP y el golpe de Estado desde el lugar que mejor entiendo, que es el escenario". En la obra, el contexto es real y "todos los personajes se podrían parecer a alguien... Hay una actriz y actor cómico, un coreógrafo y está el curadito clásico. La obra termina con una reivindicación: el Bim Bam Bum fue posible en la medida que había democracia y era un país adulto, independiente y libertario, como ocurre en la época del 50 ó 60 y principios del 70 (...) La dictadura no sólo canceló los eventos políticos, sino que no permitió que el cuerpo fuera exhibido sin perversión. Nuestra conducta era tan autocensurada, que el Bim Bam Bum murió de inanición", afirma la directora

FOTOS DEL PASADO...
"Me interesaba contar esa parte del show que era el final, el último cuadro, donde entraban todos los artistas y saludaban. Me encantó esa imagen esplendorosa, efectista y efímera", cuenta Paulina García.

El montaje que dirige Paulina García no es el único que rememora el mítico show. Proyecto Cabaret (proyectocabaret.cl) es una investigación acerca de la obra del fotógrafo chileno David Rodríguez Peña, quien inmortalizó las noches santiaguinas del Bim Bam Bum y de otros locales de la época.

"Mi abuela tiene alma de cachurera y era amiga de la esposa de David Rodríguez Peña. Ella (la viuda) le pasó unos rollos fotográficos y mi abuela los guardó en un desván por muchos años, hasta que en 1998 los encontré. En esa época yo estudiaba antropología y dije 'esto es patrimonio fotográfico de Chile'. Están las mujeres del Bim Bam Bum y de otros clubes y artistas. Es un registro de la vida cultural y bohemia de esos años", dice Cristina Guerra, la antropóloga responsable. El proyecto es una metodología de participación activa. La idea es que su sitio web sea un medio de difusión para que puedan darnos nuevos datos de la época y de las personas que aparecen ", explica la antropóloga. Ya se han hecho cuatro exposiciones este año. Para el estreno de la obra se espera que estén algunas de las fotografías en el hall del teatro y existe un proyecto para realizar un catálogo y un libro este año o el próximo, porque sólo se ha revelado un mínimo porcentaje del material. La idea es que quienes vivieron la época se contacten con la antropóloga para armar este puzzle de luces, plumas, baile y música que marcó una parte de Chile.

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