Orhan Pamuk: Espejo de dos mundos
Otros colores es un volumen de ensayos vivo y variado, cuya originalidad reside en la lectura de autores como Proust, Dostoievski y Virginia Woolf.
Gracias a la controvertida decisión de la Academia Sueca de entregar el Premio Nobel de Literatura según criterios geográficos o geopolíticos, también hemos conocido a grandes escritores que, de otra forma, sería difícil que hubiesen llegado a estas lejanas costas. El japonés Kenzaburo Oé, el húngaro Imre Kertész y el notable escritor turco Orhan Pamuk son ejemplos destacables de las últimas décadas.
Nacido hace 57 años en Estambul, el borde donde Oriente y Occidente se encuentran y colisionan, Pamuk se crió en el seno de una familia de clase alta y occidentalizada, y su relación con Turquía no ha estado exenta de conflictos. Ayer, sin ir más lejos, la justicia de su país anunció que será procesado por "vilipendio de la identidad nacional", debido a una declaración sobre la matanza de armenios y kurdos por el Ejército turco. Este es el segundo requerimiento judicial contra Pamuk, después de que un tribunal de Estambul lo liberara de responsabilidad el 2006.
Leyendo Otros colores, aprendemos mucho de Turquía, de su literatura y de sus problemas políticos y religiosos; nos informamos de aspectos apasionantes de la tradición cultural otomana y obtenemos nuevas luces sobre lo que significa pertenecer a una nación periférica pero que limita con Europa. Pero más allá de estos aportes, la originalidad del libro reside en la lectura completamente novedosa y refrescante que ofrece de autores canónicos de la literatura occidental.
A diferencia de otros escritores turcos, Pamuk nunca cayó en el realismo social que había conducido a otros, según sus palabras, "a desperdiciar su talento intentando servir a su Nación." Las vanguardias europeas y la experimentación le interesaron siempre y desde su juventud leyó a Proust y Virginia Woolf. Pero, por otro lado, percibe también el peligro de que "exagerar la singularidad del estilo personal es fomentar el culto a la personalidad". De esta forma, es un escritor que busca un compromiso con ciertas convicciones antes que un formalista puro. Su maestro es Dostoievski, y las páginas dedicadas al ruso están entre las más interesantes del libro. Para él Dostoievski no es sólo el visionario espiritual y adalid de la libertad y redención humanas, sino un autor en crisis por el conflicto entre Oriente y Occidente, y un buscador incansable de una nueva síntesis rusa para este dilema. De la misma forma, entrega miradas penetrantes sobre Gide, Sartre, Camus, Bernhard, y compone una verdadera joya al hacerse cargo del pintor veneciano Gentile Bellini, maestro renacentista que pasó una temporada en Constantinopla por petición del sultán.
Estos ensayos ofrecen una nueva forma de mirar la matriz cultural dominante del mundo actual desde el punto de vista de una tradición cultural diversa. Este ejercicio abre inusitadas fisuras en un canon relativamente petrificado a estas alturas, esboza algunas señales de alarma frente a lo que podría llamarse la dominación o el colonialismo cultural, y ofrece una nueva forma de pensar el rol de los escritores provenientes de países periféricos con respecto a los centros de poder cultural. Una lección que, a pesar de las distancias, puede resultar extraordinariamente vigente e iluminadora también para el Chile actual.
Otros colores. Orhan Pamuk
Mondadori, 480 páginas.
$ 17.000.
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