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Pablo Bosch, Fundador de Las Majadas de Pirque: "La innovación no es más que adaptación a la nueva realidad"

El empresario recalcó que su espíritu innovador y emprendedor proviene de su familia. Además, confesó que sigue de cerca a la firma BBosch, pero como socio.

Tiene 65 años y asegura que posee la energía suficiente para incursionar, por varios años más, en emprendimientos innovadores. Pablo Bosch, empresario que por 35 años dirigió la compañía BBosch, en 2013 dejó la cabecera de la firma asegurando que era tiempo de hacer cambios. Hoy, a dos años de su decisión, lidera uno de los proyectos más innovadores del país: Las Majadas de Pirque, lugar que quiere convertir en un centro generador de capital social.

La influencia familiar y su sueño de fomentar un ambiente apto para la innovación y las buenas relaciones laborales, son los principales objetivos que lo tienen trabajando por ayudar a Chile a asimilarse lo más posible a Silicon Valley. Este último lugar, su mayor referente en materia de emprendimiento e innovación.

Usted en 2013 dejó la presidencia de su empresa BBosch ¿Qué lo motivó a adoptar esa decisión?

Fue una decisión familiar. Cuando murió mi padre, con mis hermanos comenzamos a pensar en cómo seguíamos adelante. Primero, me pidieron que pasara a la presidencia del directorio, que dejara la gerencia general. Yo había estado 35 años en ese cargo, pero acordamos en que buscaría un nuevo gerente general, quien hoy es Gamaliel Villalobos. Cuando pasé a liderar el directorio, me di cuenta que para el nuevo gerente iba a ser muy difícil implementar nuevos cambios estando yo ahí.

¿Por qué?

Porque iba a estar la sombra presente. Ahí les recomendé a mis hermanos que eligiéramos un muy buen directorio para hacer una sucesión de verdad. Les dije que yo siempre iba a estar disponible para apoyar la empresa y así ha sido. Seguí como asesor del directorio un tiempo y ahora estoy como socio. El proceso ha sido muy exitoso.

¿Influyeron otros factores en su decisión; por ejemplo, la desvalorización del mundo empresarial? 

No creo en la desvalorización de los empresarios. Creo que vivimos un cambio de era en el mundo, donde hay muchísima más transparencia y esto va a traer un cambio en las prácticas empresariales. Pero mi decisión tuvo que ver sólo con darle más proyección a la compañía.

¿Por qué decidió incursionar en emprendimiento e innovación?

Nuestra familia, partiendo por mi padre, siempre ha sido muy emprendedora. BBosch es sumamente innovadora. No veo que mi decisión haya sido un cambio de una situación a otra; lo veo como un continuo. Es una cultura familiar esto del emprendimiento, la innovación y el cuidado de los ambientes laborales.

¿Quiere que la innovación y el emprendimiento sea su legado?

No sé si mi huella, pero es mi pasión. Creo profundamente en que una gran ventaja para hacer negocios es tener un buen ambiente laboral e innovador, uno de excelencia. Eso funciona y de paso le hace bien al negocio, a las personas, al país, a la industria, a todo.

¿La innovación debería ser el nuevo foco de las empresas?

Creo que el mundo está cambiando a una velocidad que nunca lo había hecho. Hay una revolución en las comunicaciones que ha traído una serie de revoluciones tecnológicas que han cambiado totalmente la manera de hacer negocios. En un momento dado, la tendencia fue la calidad y hubo una tremenda revolución en torno a ella. La innovación es el tema hoy. La innovación no es más que la adaptación a la nueva realidad. Hay un cambio de prácticas, un cambio de realidad, de contexto. Hay una información y una tecnología que antes no había y las empresas deben adaptarse.

Pero los departamentos o gerencias de innovación no son muy populares, al menos no como los de marketing...

Eso es, en parte, por un problema de edad. Cuando juntas a un grupo de personas de más de 60 años, es difícil que estén dispuestos a innovar. En cambio, cuando juntas a profesionales que tienen entre 20 y 40 años, ese grupo de gente tiene un ímpetu gigantesco y van a cambiar todo. Las generaciones jóvenes tienen otra mirada, los millennials van a cambiar todo.

¿Es recomendable integrar talento joven a las empresas y emprendimientos?

Claro. Uno cuando se va poniendo mayor se hace más conservador. En cualquier posición, se tiende a correr menos riesgos. Cuando se es joven, uno es más inexperto y más loquillo. La fórmula está en Silicon Valley: allí mezclan el emprendimiento joven con los mentores mayores.

Los que ya tenemos experiencia, debemos entregar responsabilidades y ceder el control a la gente más joven y funcionar como mentores para transmitirles la estrategia. En Silicon Valley estiman que la edad más productiva del ser humano es a los 28 años.

Para muchos emprendedores y empresarios les complica ceder el poder y el mando de una empresa...

Es difícil, porque hay desconfianza y el control es adictivo. Cuanto más control tienes, más control quieres tener. Además, da temor entregar el control. Yo entregué el control de mi compañía a una generación más joven y estoy feliz.

A nivel país ¿Cómo evalúa el ecosistema de emprendimiento?

Yo diría que, como en todas las cosas, Chile no es el mejor ni el peor país del mundo para emprender. En algunas cosas estamos más adelantados y en otras, más atrasados. Pero, me pone muy optimista la pasión que mucha gente joven, recién saliendo de la universidad, muestra por el emprendimiento. Los jóvenes hoy están mucho más conscientes de que la empresa debe estar conectada a la sociedad.

¿Mayor responsabilidad social?

Creo que la responsabilidad social fue un cliché que estuvo por un tiempo. Ha evolucionado ese concepto; hoy, la empresa debe estar realmente conectada con la sociedad, con los proveedores, con los trabajadores, etc. Hoy, es algo que va mucho más allá de la responsabilidad social, es entender que la empresa es un ente social. La generación de ahora quiere un trabajo con sentido. Hoy el mundo ha progresado tanto y Chile también, que la gente tiene mejores oportunidades. En mi proyecto, Las Majadas de Pirque, contraté sólo gente bajo los 40 años por eso. Les entregué el negocio para que ellos sientan la responsabilidad de desarrollarlo. Eso es lo que la gente joven quiere para encantarse con los trabajos y proyectos.

A nivel personal ¿Cómo se siente con su último proyecto: Las Majadas de Pirque?

Siempre he sido muy apasionado con lo que hago, pero, lo particular de este proyecto es que tiene todo el sentido del mundo. Tiene mucho sentido para mí.  Entusiasma, agrega valor, no ataca a nadie, sólo suma valor a las cosas. Cuando lo desarrollamos con mi socio fue con la finalidad de crear capital social, que es lo que los emprendedores necesitan acá para escalar sus proyectos.

¿Cuál es el desafío de Chile?

Falta capital social. El capital social son los contactos, los puentes, las redes de apoyo. El emprendedor necesita que le compren, le ayuden a financiarse; para eso se necesitan contactos, capital social. Además, falta confianza entre las personas. Esto es muy importante.

Los últimos casos de colusión han afectado la imagen que la sociedad tiene de los empresarios ¿Qué recomienda para salir de ello?

Sincerar situaciones. Creo que lo que hay es un cambio de paradigma, es un cambio de estándar en las exigencias de transparencia que ha venido de la mano con las nuevas herramientas aportadas por las nuevas tecnologías.

Usted habla de sincerar situaciones ¿Se refiere a que los empresarios asuman cuando se equivocan?

Absolutamente. El empresariado no puede seguir funcionando bajo la lógica de que si uno peca, el resto lo protege. Esto no debe ocurrir ni entre empresarios, ni entre sindicatos, ni en los partidos políticos; en ninguna parte. Porque la transparencia va a dejar al aire todo. Ya no puedes proteger al que se equivocó, habrá que ver cómo al que se equivocó se le da una oportunidad para que mejore. El que cometió un error debe aprender y comprometerse a no volver a hacerlo.

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